Por: Antonio Díaz
Mario Lavista recibió un homenaje póstumo en el Palacio de Bellas Artes en el que se recordó su faceta de amigo, compositor y padre: “Su música para mí era un útero, era como un gran cuenco tibetano y en ese cuenco me he sentido muy cómoda, bailando”, dijo su hija la bailarina Claudia Lavista.
En la mañana del jueves a los 78 años falleció el artista víctima de cáncer. Después de las 17 horas, una carroza dio vuelta en la explanada de Bellas Artes; se estacionó frente a la entrada y de ahí se llevó el féretro con los restos del compositor para recibir un homenaje póstumo.
Lavista fue despedido en Bellas Artes, por su madre, María Luisa Camacho, de 97 años; su primera esposa, Martha; su hija Claudia, su nieta Elisa, y su prima, la fotógrafa Paulina Lavista. Además de otros familiares, amigos como el pintor Arnaldo Coen, el músico Sergio Vela, la compositora Gabriela Ortiz, el compositor Eduardo Soto Millán, el arquitecto Felipe Leal y el crítico Lázaro Azar. También participaron Alejandra Frausto, secretaria de Cultura federal, y Lucina Jiménez, directora del INBAL
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