En Barro Rojo así lo pensamos, han sido años de entrega, de credibilidad, de nadar a contracorriente, bailando en los escenarios más inusitados, calles, plazas, terrenos baldíos, en los foros más conocidos del ámbito cultural y en todo espacio público recuperado para la danza.
Los últimos tiempos han sido complejos, difíciles, de grandes contradicciones pero también de importantes aprendizajes. Y a pesar de las adversidades que vivimos, tenemos que provocar la diferencia, empujar hacia delante, soñar lo improbable desde nuestros cuerpos, con reflexión y desde la escena, que es lo que sabemos y nos interesa.
A pesar de la realidad que nos rebasa y en ocasiones nos quebranta, creemos que los cambios se dan en las pequeñas cosas, en las acciones cotidianas, en nuestro trabajo diario, en las obras estructuradas a fuego lento, que incidan, así sea mínimamente, en un futuro distinto, donde podamos reflejarnos todos, en un país incluyente, justo, libre.
Hoy nos toca impregnarnos de palabras y acciones, de nuestras fortalezas, de quienes con sus obras nos motivan a continuar y así poder seguir creando, bailando, mirando hacia el horizonte, porque la danza nos toca el alma, nos provoca, nos acompaña, consuela, nos provee esperanza, nos da vida y la posibilidad de entenderla.
Sigamos andando pues, que el camino es largo.
Barro Rojo
Vive
Carajo!
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