Por: Nelly Toche
Este martes primero de febrero fue presentado el proyecto “Colmena”, la primera misión mexicana de exploración lunar, liderada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a través del Instituto de Ciencias Nucleares, en alianza con la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), la Agencia Espacial Mexicana y el gobierno del estado de Hidalgo.
Se trata de uno de los programas espaciales más importantes que ha realizado la UNAM y también es el proyecto con el que el gobierno mexicano participará en el Programa Artemisa, una idea internacional de vuelo espacial tripulado y liderado por la NASA.
La misión, que alunizará en junio próximo, está conformada por cinco pequeños robots que serán colocados en la superficie lunar, los cuales ya están instalados en la nave Peregrine, de la empresa estadounidense Astrobotic, y lista para recorrer los 384 mil 400 kilómetros que separan a la Tierra de nuestro satélite natural.
Los microrobots con menos de 60 gramos de masa, miden doce centímetros de diámetro y tienen toda su electrónica a menos de dos centímetros de la superficie, cada uno de estos robots equivalen a unos tres celulares juntos. Esta es la primera vez que se logra, por lo que representa un desafío de tecnología espacial a escala internacional emprendido por mexicanos.
Los microrobots estarán viajando a la Luna acomodados en un contenedor que además es una catapulta para poder lanzarlos a la superficie lunar, también es un centro de comunicación entre los robots y la estación terrena que estará en la UNAM para su control.
Colmena tiene por objetivo principal demostrar el concepto del uso de microrobots autónomos para la exploración y explotación espacial sobre superficies expuestas al medio interplanetario. También realizará una tarea operacionalmente significativa que es coordinarse para aglomerarse en un solo lugar, esto no es trivial porque en la luna no hay GPS y ellos tienen que generar sus propios sistemas de referencia y tomar sus propias decisiones de navegación.
Hay todavía más objetivos científicos, cada uno de esos robots es un elemento sofisticado con sus propios sensores (sistemas de misión de diferente radiofrecuencia) que sacarán información de la dinámica del plasma polvoroso que está muy cerca de la superficie lunar y que nadie ha realizado antes. La misión pretende demostrar la factibilidad de construir estructuras sobre superficies planetarias, utilizando enjambres de robots autoorganizados.
Ya la Secretaría de Comunicaciones y Transportes daba a conocer desde el 6 de enero que el proyecto Colmena llegaría a la Luna este año como parte del vehículo espacial Peregrine Lunar Lander. Los robots y su estructura ya fueron integrados al vehículo espacial en Pittsburgh, en Estados Unidos y el lanzamiento se espera en junio de este año, el alunizaje será 40 a 60 días después del lanzamiento, dependiendo de la trayectoria, y una vez en la luna la misión tendrá una duración de 10 días terrestres.
En la creación de estos robots participaron 200 jóvenes universitarios de la UNAM de todas las ingenierías, Física, Matemática, Actuaría, Química, Geología, Psicología, entre otras, y tuvieron como sede principal, el Laboratorio de Instrumentación Espacial (LINX), del Instituto de Ciencias Nucleares.
Al final, se espera que cuando esta misión termine los pequeños robots mueran; no obstante, si sobreviven, se estudiarán para conocer más sobre ingeniería.
Espacio 4.0, tan importante para la civilización como el Internet
El acto de presentación se efectuó en la Torre de Rectoría de la UNAM, con la presencia del rector Enrique Graue Wiechers; el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon; y el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad.
Durante la ceremonia, el doctor Gustavo Medina Tanco, responsable del laboratorio de instrumentación espacial LINX, explicó que vivimos una época muy especial en el sector espacial, determinada por los avances en electrónica, miniaturización, materiales, técnicas de manufactura, reutilización de cohetes y eso está disparando una transformación que se conoce como espacio 4.0, “es una transformación que no todo el mundo conoce, pero es fundamental y probablemente será tan importante para la civilización humana como ha sido la revolución del Internet”.
"Creo que no exagero cuando les digo que en dos o tres décadas estaremos viendo lo que hoy percibimos como ciencia ficción, decenas de millares de satélites pequeños sirviendo a billones de usuarios con centenas de billones de dispositivos conectados”.
El futuro está cerca, naves espaciales conectando a la tierra con estaciones orbitales y estaciones superficiales en la luna, naves saliendo de la luna rumbo a asteroides o Marte; robots construyendo módulos habitacionales y naves espaciales en torno de la luna, extrayendo minerales del satélite natural de la tierra y asteroides que serán fundamentales.
Para esta transformación, dijo, no solo serán gobiernos los actores de esta transformación sino también pequeñas empresas y grupos de jóvenes que hoy se están formando en las universidades, “esto va a construir una verdadera transformación social y económica que a pesar de tener inmensas ventajas va a producir grandes brechas, entre quienes tienen tecnología y los que no la tienen, por lo tanto tenemos que definir hoy de qué lado de la brecha va a estar México de aquí a treinta años”.
Colmena es la primera etapa de un nicho de tecnología espacial que se quiere desarrollar para que México no participe de la transformación como un consumidor meramente sino efectivamente como un actor de bienes, riqueza y conocimiento.
Los exploradores del nuevo futuro
Medina Tanco explicó que la exploración de cuerpos celestes sin atmósfera requiere trabajar en medios sumamente agresivos y en el caso de asteroides, con gravedades muy bajas, todo eso es lo opuesto a lo que necesita un ser humano, por ello los robots cobran una importancia radical, “robots actuando en forma autónoma”.
Tomando a la naturaleza como ejemplo, Colmena demostrará que robots muy pequeños, pero trabajando en forma coordinada pueden ser los exploradores de ese nuevo futuro.
Pero esto es trabajo en equipo por ello, el líder del proyecto agradeció a la UNAM, al Instituto de Ciencias Nucleares, la Agencia Espacial Mexicana, al Gobierno de Hidalgo, empresa internacionales y mexicanas, por lograr esta “visión estratégica de largo plazo para desarrollar en el país productos significativos y útiles para la nación”.
Por su parte, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, dijo que la función de la cancillería es respaldar los proyectos científicos relevantes de México, “esa es nuestra tarea y en el caso del espacio le hemos atribuido un alto nivel en la política exterior de México partiendo de algo que para los científicos e investigadores es obvio, pero que a veces no lo es fuera del pensamiento científico, que es la importancia de estar a tiempo en las grandes transformaciones tecnológicas y científicas del mundo”.
Agregó que entienden que se deben respaldar este tipo de proyectos, por eso han trabajado de cerca con la Agencia Espacial Mexicana y la UNAM. “Este proyecto nos importa muchísimo porque puede y debe ser la aportación de México para el proyecto Artemisa, es lo que se le va a proponer a Estados Unidos, junto con otros, hoy queremos felicitarles por eso”, concluyó el canciller.
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