viernes, 4 de marzo de 2022

Legado de Mario Lavista se irá a Estados Unidos



Por: Juan Carlos Talavera

El archivo original completo del compositor mexicano Mario Lavista (1943-2021) no será resguardado en la Fonoteca Nacional de México, sino que será enviado a una institución académica de Estados Unidos, reveló a Excélsior la coreógrafa y bailarina Claudia Lavista.

La Fonoteca Nacional, aclaró la bailarina, sólo recibió el acervo sonoro de forma temporal para clasificar y digitalizar los 226 casetes, 63 cintas de carrete abierto y dos discos compactos –como anunció la Secretaría de Cultura federal–, derivado de lo cual ésta conservará la copia digital, pero los originales serán depositados en Estados Unidos.

Detalló que la razón de que el material no se quede en México es que no existe un espacio con las condiciones que puedan albergar la integridad del acervo y adelantó que, de momento, hay interés de cuatro instituciones: Stanford University, Northwestern University (donde está el archivo de John Cage), la Benson Library (quienes ya estuvieron en México para revisar el tema) y el Latin American Music Center.

“Estas son las cuatro instituciones con las cuales yo he tenido una serie de reuniones, pero aún estamos definiendo a dónde se va”, dijo, aunque hasta el momento no ha tomado la decisión final.

FALTA UNA GRAN BIBLIOTECA

“El archivo completo de mi papá contiene partituras originales, grabaciones, casetes, discos compactos, programas de mano, su correspondencia personal y profesional, algunos objetos personales, reconocimientos, premios, la colección con partituras de otros compositores y textos escritos sobre él y de su autoría, así como su trabajo en la revista Pauta”.

Desafortunadamente, apuntó, “en México no hay ninguna institución que lo pueda recibir. Lo intenté, busqué y hablé con varias, pero la finalidad de diversas instituciones en México no es guardar un archivo como éste.

Y agregó: “Esto me hace pensar en que sería muy importante que México empezara a considerar una institución en donde estos archivos de grandes artistas mexicanos tuvieran un lugar para vivir aquí. Me parece una pena que estos archivos tengan que salir del país, porque en México no hay una institución que los pueda recibir completos. En ese caso me encuentro ahorita y si lo dejaba en México tenía que dividir todo, sin tener la certeza de que el material estuviera cuidado como se debe”.

¿No fue posible depositar el acervo en el Conservatorio Nacional de Música, en la UNAM o en El Colegio Nacional? “No existe el espacio ni las condiciones climáticas y de seguridad. En realidad, se tendría que pensar en un espacio específico para eso, en una especie de gran biblioteca nacional en donde se pudiera tener los archivos completos de Octavio Paz o de Raúl Lavista o de Salvador Elizondo.

Sé que mi tía Paulina (Lavista) también está trabajando en el archivo del escritor Salvador Elizondo, el cual tampoco se quedará en México, porque tampoco hay una institución que lo reciba íntegro. Sin embargo, este ejercicio de estructurar la biblioteca de mi padre me ha hecho pensar mucho en este tema y en la importancia de estas herencias, porque es una herencia a México y a la música del mundo”.

¿Cuándo definirá el destino del archivo?, se le preguntó. “La decisión tendrá que ser tomada este año y el proceso para que los materiales finalmente lleguen a su destino tardará un par de años, ya que es un proceso complejo que incluye la catalogación de los materiales y definir qué libros de su biblioteca se quedan en México, debido a que en alguna de estas instituciones ya tendrían algunos ejemplares de los libros de mi papá en su biblioteca”.

Además, comentó que el Cenidim tiene el resguardo de las partituras originales de su padre, en donde también serán catalogadas y digitalizadas.

CENIZAS DEL COMPOSITOR

La bailarina también habló sobre el posible destino de las cenizas de su padre.

“Las cenizas de mi papá están en casa, arriba de su piano y, por lo pronto, aquí van a estar un rato. A mí me gustaría llevar parte de sus cenizas a los lugares que amó en la vida y básicamente se me ocurren cuatro lugares: en la Université de Paris, en Japón, en el mar y en un jardín”, concluyó.

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