"Gunadule. Mujeres, cartografías textiles y saberes territoriales".
El Museo Nacional de las Culturas del Mundo (MNCM) abrió la exhibición Gunadule. Mujeres, cartografías textiles y saberes territoriales, sobre la nación transfronteriza panameña-colombiana, reconocida como la primera autonomía indígena latinoamericana, desde 1925, la cual además de describir la cultura, cosmovisión, rituales y forma de vida tradicional de este pueblo, busca repensar su situación dentro del mundo global contemporáneo.
La muestra es presentada por la Secretaría de Cultura Federal, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia, bajo la organización del MNCM, en colaboración con la Embajada de la República de Panamá en México, para visibilizar a esta comunidad indígena centroamericana que se ha esforzado por la conservación de su cultura, tradiciones y territorio, sin exentarse de la participación en las dinámicas y problemáticas internacionales.
La propuesta museográfica dialoga con situaciones de coyuntura vigentes, como el cambio climático, el impacto del turismo y la globalización, los derechos intelectuales de los pueblos indígenas o el liderazgo de las mujeres en sus comunidades.
En el recorrido se observa parte de la colección panameña del MNCM, en su mayoría conformada por piezas etnográficas del pueblo gunadule, principalmente textiles “molas” de diferentes tipos, así como herramientas y objetos para la vida cotidiana, esculturas e instrumentos rituales, además de fotografías de archivo. Este acervo llegó al MNCM en 1975, gracias a una generosa donación y las gestiones del investigador Julio César Schara, en aquel entonces agregado cultural de México en Panamá.
El primer módulo, “Nosotros, los gunadule”, contextualiza su demografía y ubicación, una población con más de 80 mil integrantes, distribuida entre Panamá y Colombia, sobre el archipiélago Guna Yala (San Blas) y en la selva del Darién. Incluye su organización social, basada en casas comunitarias y en la propiedad matrilocal (donde los hombres se incorporan a la familia de la esposa).
Se conoce la tradición textil de la “mola”, una técnica decorativa en la que se superponen, cortan y entresacan capas de telas para crear patrones o dibujos, conocida como “appliqué inverso” o “negativo”. Con este “sistema de escritura”, principalmente femenino, se preserva y transmite la cosmovisión, tradiciones, historias, paisajes, costumbres y trasformaciones de este pueblo.
En el segundo núcleo, “Bab igar. El camino de Baba y Nana”, se muestran sus creencias y prácticas espirituales. Explica el mito de Baba y Nana, creadores del universo y sus leyes, el cual se transmite con cantos metafóricos llamados “bab igar”. También, la cosmogonía del “billigan”, las ocho capas que componen al mundo, las cuales se representan en las “molas”.
Se revisa la labor de los “nelegan” (chamanes), quienes fungen como mediadores con los espíritus para entender y atender las enfermedades; y los “inadulegan” (curanderos), portadores de la medicina ancestral. Se explica la importancia de los “nudsugana”, figuras antropomorfas de madera consideradas entidades vivas, las cuales protegen a las familias y comunican con el mundo espiritual.
El tercer bloque, “Omegan. Mujeres”, recorre los tres ritos de paso femeninos obligatorios, conocidos como “chichas”: “iggo inna”, que celebra el nacimiento de una bebé, con la perforación simbólica de orejas y nariz; “inna suid”, sobre la llegada a la pubertad, un encierro ritual de instrucción y purificación, y el “inna dummadi”, la presentación ante la comunidad como mujer casadera.
Se menciona la importancia de estos ritos y de la vestimenta femenina para la identidad del pueblo gunadule, cuya prohibición fue el detonante del levantamiento social conocido como la Revolución Tule, en 1925. También, abre un espacio para hablar del sentido de dualidad masculina-femenina en su cosmovisión, y el reconocimiento de la diversidad sexogenérica en las personas “omeggid”.
El cuarto y último módulo, “Los lazos de los gunadule con el mundo”, descubre a una comunidad históricamente conectada con el orbe, que estableció relaciones con piratas británicos y franceses desde el siglo XVI, con colonos escoceses, calvinistas franceses y mercaderes británicos en torno al siglo XVIII, y que a partir del siglo XX comercia con productos tropicales, “molas” y el turismo comunitario.
Se revisa el proceso para el reconocimiento jurídico de los diseños de las “molas” como patrimonio y propiedad intelectual colectiva gunadule, para evitar su falsificación y el usufructo no autorizado. Se visibiliza el problema de pérdida de su territorio por el cambio climático, las medidas que han tomado para reubicarse en zonas continentales y sus luchas por la protección de los arrecifes.
La exposición permanecerá hasta el 30 de junio de 2024, en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo (calle Moneda No. 13, Centro Histórico, Ciudad de México).
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