domingo, 7 de enero de 2024

La educación musical debería ser materia curricular: Antonio Miscenà

 

Antonio Miscenà. El Universal Cartagena


Por: Itzel Zúñiga en Cartagena de Indias

Conseguir una asistencia decorosa a conciertos u obras de teatro y danza, no es solo una labor publicitaria. Es ante todo una cuestión de iniciación artística desde temprana edad.

Así lo considera el músico, editor y gestor cultural italiano Antonio Miscenà, quien desde 2013 dirige el Cartagena Festival de Música, declarado en noviembre pasado como Patrimonio Cultural de la Nación por el Congreso de Colombia y que este año aborda la relación entre naturaleza y música.

Para formar públicos, dice, “la educación temprana en torno al arte y a la música es fundamental, yo diría que entre los tres y los cinco años de edad. Sería ideal (emularla) como se hace en algunas ciudades europeas e italianas, donde la música es una materia curricular”.

El festival, que nació hace 18 años por iniciativa de la Fundación Salvi, replica el modelo europeo al realizarse en recintos y espacios del centro histórico de una de las ciudades más turísticas de Colombia, la cual en 2023 recibió unos 650 mil visitantes, según cifras oficiales.

Sin embargo, los organizadores buscan ganar cada vez mayor reconocimiento internacional como un destino predilecto del turismo cultural. El año pasado el encuentro tuvo una asistencia de públicos de 11 000 personas.

Miscená agrega que, aunque el Cartagena Festival de Música ha evolucionado en su camino desde dentro y hacia fuera, uno de sus ejes rectores ha sido desde el comienzo la formación técnica, académica o artística, pero ante todo de públicos.

De ser una plataforma de difusión de la música culta y formar a lutieres colombianos en el arte italiano del siglo XVII de fabricar o reparar instrumentos de cuerda -entonces algo innovador en territorio colombiano- “hoy somos el festival de música académica más importante del país”.

Apuestan principalmente por la educación musical entre los más jóvenes porque será “un círculo virtuoso donde después de todo esta población en el momento que crezca seguirá interesada por el arte”, asegura el directivo, egresado del Conservatorio de Música de Perugia y fundador del sello discográfico EGEA, que ha sido un puente entre músicos de jazz y clásico.

LA SINFONÍA DE LA NATURALEZA

La edición 18 del festival explorará una parte de la milenaria relación entre música y naturaleza mediante más de 30 actividades académicas y artísticas. Entre ellas habrá recitales, charlas introductorias, conferencias, dos exposiciones, una clínica sobre mantenimiento de instrumentos sinfónicos, un seminario internacional de lutería y un diplomado de interpretación de música de cámara.

Titulada “La Sinfonía de la Naturaleza”, esta nueva emisión es casi una continuación de la de 2023, llamada “El Canto de la Tierra”, la cual abordó la música nacionalista de los siglos XIX y XX en Europa del este, donde el paisaje, la fauna y otros elementos juegan un papel importante.

En 2024 “quisimos explorar un poco de ese nacionalismo en los países europeos del norte, un movimiento que marcó todo su arte, no solo la música”.

Numerosos compositores han dejado huella del rol fundamental entre naturaleza y creación artística que ha forjado la identidad del abanico cultural del Viejo Continente, algo palpable en otros pueblos. Por ejemplo, en Colombia, uno de los países con mayor biodiversidad del mundo, esta relación se refleja en su variedad musical.

Según Miscená, la cultura andina claramente tiene más relaciones figurativas con las montañas o valles, mientras la música llanera evoca la cotidianidad de las llanuras, pues “existe un vínculo particular entre territorio con cultura”.

En su opinión, “la naturaleza evoca y estimula la creatividad musical”. Muestra de ello será el concierto inaugural que recorrerá el Barroco, el Romanticismo y el Modernismo, a través de obras de Antonio Vivaldi, Carl Nielsen, Lars-Erik Larsson, Jean Sibelius y Edvard Grieg en el Teatro Adolfo Mejía.

Su interpretación correrá a cargo de un reputado cartel noruego mayoritariamente: el Ensamble Allegria, bajo la batuta de Ingar Bergby con participación de la violinista Eldborg Hemsing, además del pianista finlandés Olli Mustonen y músicos colombianos.

El cierre será el 13 de enero con un concierto de la Orquesta Sinfónica de Cartagena, un proyecto de inclusión social del festival que anualmente convoca jóvenes de 14 a 24 años, procedentes de toda la ciudad amurallada, para recibir formación orquestal.

El programa incluirá los sonidos tradicionales europeos, el “Danzón No. 2”, del mexicano Arturo Márquez, además de obras de los colombianos Alex Tobar y Lucho Bermudez, una apuesta presente en las últimas ediciones como parte de la revalorización del patrimonio musical colombiano.

Más de 150 artistas de Noruega, Suecia, Italia, Finlandia, Rusia y Colombia se darán cita en esta edición, que tendrá como sedes el Palacio de la Proclamación, las capillas del Hotel Sofitel Santa Clara y del Hotel Charleston Santa Teresa, el Auditorio Getsemaní y otros. Una tercera parte de la programación será de entrada libre.

Entre los participantes están la mezzosoprano Marianne Beate Kielland, los pianistas Lukas Geniušas, Georgy Tchaidze y Peter Jablonski, el violinista Nikita Boriso-Glebsky, el barítono Maurizio Leoni y el Cuarteto de Cuerdas Nórdico.

El cartel colombiano estará integrado por la Orquesta Filarmónica Juvenil de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, la soprano Julieth Lozano, el violonchelista Santiago Cañón-Valencia, la Orquesta Sinfónica de Cartagena, el Cuarteto Q-Arte, la violinista Laura Hoyos y el pianista Alejandro Roca, entre otros.

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