Fotos: Cortesía de Edgar Gutiérrez Calvillo /FIDC Lila López
Por: Roberto A. Valenciano Capín
Sin lugar a dudas, el construir una pieza dancística entorno a esta imponente poema como es "Piedra del sol" de Octavio Paz, la cual se re-construye en si y por si misma, gracias al peso mismo de sus imágenes y no solamente quedar como una pusilanime evocación propuesta por el Mtro. Kim Naam Seek, aunado a ser testigos del estreno mundial de esta obra homónima en este Coloso de Villerías.
Al tratarse de una reflexión desde la danza a partir de este desdoblamiento en cuanto al proceso creativo a partir del poema y sus tres vértices: el despliegue del creador,(Yo Paz), el proceso creativo (Yo imaginario) y el poema mismo(Yo Sombra) entorno a este poema de largo aliento y potente del Premio Nobel, Octavio Paz.
En escena vemos a un creador(poeta) en su habitual atmósfera creativa, con su mesa, sus papeles y esta maleta de donde saca dos piedras y las coloca en la mesa y en su momento en su cabeza.
Entre esta construcción de una espacialidad íntima para estos estadios creativas que van desde estas frenéticas pulsaciones creativas, para pasar por estos momentos de reflexión, agobio y nostalgia, el verse en la otredad, el anhelo y el fusionarse con sus otros y dejarse llevar.
Mientras tanto, en el otro lado del escenario se despliega un gran lienzo, en su parte central una tina con agua.
Un trabajo que es resuelto con cierta elocuencia a pesar de este diáfano diálogo entre estas pulsantes y potentes imágenes poéticas buscadas/ anheladas, sino ser transitadas bajo la directriz de un pautado y en momentos anárquico ritmos de una poética forzada y cierto voyerismo, en tanto, las secuencias de movimiento se traslucen infaliblemente en el reflejo de una danza de la mirada abordada desde este efectivo efecto de los contrastes-sombras- a través de esa exaltación de estos paisajes corpóreos realizados por unos estupendos bailarines.
No hay que desmeritar, ser una obra se destaca por la calidad de sus movimientos, la energía explosiva ante esta sublime manifestación de emociones que cautiva, crea en momentos el dibujar esta tridimensionalidad espacial en pleno movimiento, así como consigue mantener el nivel dramático de la coreografía.
También es importante destacar la construcción de este sutil puente entre estas dos milenarias culturas desde una visión contemporánea, volverse en una ofrenda amoroso y festiva, al mostrar desde su visión este respeto y cariño que le tiene a estas tierras mexicanas, al hacer esta conexión a través de la intervención del artista plástico Juan Banda, quien trazo en un gran lienzo imágenes icónicas de nuestra cultura, como fue el calendario azteca, trazos de pirámides, el maíz y hasta esta evocación a la lucha revolucionaria.
En contraparte, esta sutileza de este sentido espiritual a través de este sonido producido por una campana entre vaivén, gracias a esta cuerda roja, así como también estos movimientos armónicos, fuertes y sostenido de esta centenario arte marcial a través de la espada.
Así como esta nota a favor de esta compañía coreana es indudablemente remitirnos al recuperar aunque sea parcialmente esta particularidad que tuvo en su momento esta fiesta de la danza, como fue una de las pautas o premisas de mostrar sus trabajos bajo este formato ya sea a través de ser un estreno nacional o internacional.
Bailaron: Naam Seek Kim, Jinhyeong Yang, Myeonghyun Choi, así como se conto con la participación del artista plástico potosino, Juan Banda.
Al término de la función, la gente estallo en un ruidoso aplausos en pie y celebro la participación de la compañía en este XXXV edición del Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López.
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