¿Cuánto medían los antiguos pobladores de Mesoamérica? ¿Se lavaban los dientes? ¿Se enamoraban? ¿Tenían mascotas? ¿Dónde hacían del baño?, son algunas de las preguntas con las que niñas y niños expresan sus intereses y preocupaciones sobre la vida de los antepasados de su territorio.
Para dar respuesta a estas interrogantes, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través de su Secretaría Técnica y de su Coordinación Nacional de Arqueología, en colaboración con investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), lanza el noticiero “Arqueólogos en apuros”, el primero en su género en el país, producido, conducido y realizado por niñas y niños.
Con el interés de preservar el patrimonio histórico y cultural de México, pues los infantes, en la medida que se involucren, serán los futuros conservadores de este legado, el programa informativo está integrado por nueve capítulos, con duración de 10 a 12 minutos, los cuales serán transmitidos, uno diariamente, a partir del lunes 28 de septiembre, por el canal de INAH TV en YouTube, a las 9 de la mañana.
Este proyecto, encabezado por el arqueólogo Jaime Delgado Rubio, surge a raíz de buscar entre la sociedad y, en particular, entre los infantes, una forma de transmitirles el gusto, interés y compromiso con el patrimonio cultural.
El especialista en temas de patrimonio y divulgación de la ciencia, por el Instituto de Ciencias del Patrimonio en Santiago de Compostela (España), relató que este proyecto, surgido hace cuatro años, busca que, más allá de la comunicación entre investigadores, cuyo idioma es complejo y muy técnico, los alumnos de quinto y sexto grado de primaria expresen lo que les gustaría saber de los pobladores de la época prehispánica en sus lugares de origen.
“La sorpresa fue que las niñas y los niños querían saber si los antiguos habitantes se bañaban, si tenían novia, si se enamoraban o tenían mascota, dónde hacían del baño, es decir, nos decían que querían saber del pasado a partir de sus vivencias concretas y sus experiencias de vida, algo que puso en aprietos a los arqueólogos, de ahí el título del programa”, comentó.
El noticiero, anotó, nació con idea de empoderar a las y los niños para que pudieran preguntarle a los investigadores sobre estos temas, lo que conflictuó a los arqueólogos, quienes de momento no supieron qué decir, pues sus intereses en la investigación son distintos.
Delgado Rubio explicó que el proyecto nació en 2016, a partir de la problemática de conservación que tenía la Zona Arqueológica de Teotihuacan, por lo que se trasladaron al municipio de San Martín de las Pirámides, para entrevistar a niñas y niños de la Escuela Primaria Margarita Maza de Juárez, quienes manifestaron su interés por la vida cotidiana de los habitantes de las periferias y de los barrios de la gran urbe mesoamericana.
“Con ellos hicimos el primer capítulo del noticiero con otro formato, donde los infantes se transformaron en corresponsales, conductores, reporteros, sonidistas, responsables de sus contenidos. Es decir, rompieron el formato tradicional de la entrevista con expertos, no eran tan formal ni seria, incluso, algún especialista llegó a disfrazarse o actuar, tenemos, por ejemplo, la participación de Alfredo López Austin, quien interactuó con un títere”, detalló.
Fue tal el éxito del capítulo piloto, que el INAH propuso que fuera replicado en otras zonas arqueológicas del país: Xochicalco (Morelos), Chichén Itzá (Yucatán), Cholula (Puebla), Becán (Campeche), Palenque (Chiapas), Atzompa (Oaxaca), Tulum (Quintana Roo) y El Tajín (Veracruz).
El arqueólogo refirió los menores no solamente daban a conocer nuevos hallazgos e investigaciones sobre arqueología, también aprendían sobre el desarrollo escénico, al representar a conductores, reporteros, corresponsales y entrevistadores, desde su propia corporeidad, referentes locales e identidad cultural propia.
“También a identificar un problema, a desnaturalizar sus propias prácticas culturales y desarrollar un pensamiento crítico basado en la generación de nuevas preguntas. Mientras que, en el ámbito técnico, identificaron los procesos involucrados en la producción de un noticiero, desde cómo hacer un guion de entrevista o reportaje, hasta el uso de la cámara, encuadres, distancias, audio, iluminación, recortes y edición”, destacó.
El especialista resaltó que el hallazgo más importante es que los participantes de todo el país, a la hora de investigar y producir su noticiero, generaron una solidaridad orgánica, ayudándose entre ellos, por ejemplo, si pasaban frente de un cámara o ante una pantalla verde y estaban muy nerviosos, entre ellos mismos se tranquilizaban y apoyaban.
“Ahí se cumple el postulado respecto al verdadero sentido del patrimonio, que es el generar nuevas relaciones entre los sujetos sociales, es decir, este legado arqueológico no es algo que esté centrado en los objetos, sino en cómo origina nuevas relaciones entre las personas, en este caso, entre las niñas y los niños.
“Después de haber hecho los nueve capítulos del noticiero con los niños y las niñas, se ha podido ir más allá de los grandes discursos sobre lo que significa el patrimonio, pues tienen una cota de irreverencia y diversión que refresca este tema, ya que no se necesitan las grandes explicaciones sino pequeñas acciones”, finalizó el arqueólogo.
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