martes, 4 de julio de 2023

Con una exposición virtual, el INAH recuerda el nacimiento del Paricutín

Capturas de pantalla tomadas de la exhibición virtual El nacimiento de un volcán.


Por: Ángel Vargas 

La tarde del 20 de febrero de 1943, alrededor de las 16 horas, los pobladores de San Juan Parangaricutiro, en Michoacán, fueron testigos, entre el azoro y el temor, del nacimiento de un volcán, que el mundo conocería como Paricutín.

Los días previos habían escuchado ruidos extraños de las entrañas de la Tierra y se percataron de la emanación de vapores. A medianoche comenzaron las erupciones violentas y al día siguiente emergió lava, que alcanzó unos 10 kilómetros. El Paricutín permaneció activo durante nueve años, 11 días y 10 horas, de 1943 a 1952; hoy día alcanza unos 600 metros de altura.

Así lo consigna el Sistema Nacional de Fototecas (Sinafo) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que conmemora las ocho décadas de ese portento con la exposición en línea El nacimiento de un volcán, la cual se encuentra disponible desde el pasado 25 de mayo y hasta el 27 de julio en el sitio https://bit.ly/3M3BOLk.

Está conformada por 20 imágenes históricas realizadas por el fotoperiodista y fotógrafo documental Rafael García Jiménez, también conocido como Raflex, que dan cuenta de ese fenómeno natural.

Es una secuencia de vistas, de cuya selección se encargó la investigadora Mayra Mendoza, que documenta con precisión aquel suceso y la forma en que se encontraba ese sitio un año después.

Entre las imágenes incluidas en la galería virtual, diseñada por Adriana Díaz Urbano, se aprecian las fumarolas del volcán del 27 de marzo de 1943, tanto en tomas cerradas como en vistas desde Parangaricutiro; la erupción del 25 de mayo y las emanaciones de lava que tuvo ese día, así como una vista del coloso desde Zitácuaro del 15 de junio de 1943.

De igual manera, hay tomas de los efectos provocados en el medio ambiente por la erupción del 21 de junio de 1943, de la limpieza que los habitantes de ese poblado hacían de sus azoteas, el 17 de junio de ese año, y de la evacuación que se hizo de ese lugar ese mismo día.

Se pueden observar también imágenes de la iglesia de San Juan Parangaricutiro y de material volcánico captadas el 12 de julio de 1944, un año después del nacimiento del Paricutín, además de la visita que hizo el general Lázaro Cárdenas a la zona afectada tres días después.

La muestra recuerda que cerca de 2 mil 500 pobladores tuvieron que emigrar de la zona, “aunque, por fortuna, no hubo pérdidas humanas de manera directa”. Asimismo, que toda la tierra fértil del entorno se volvió yerma y que del pueblo de San Juan Parangaricutiro sólo quedó la torre de la iglesia, visible entre la roca petrificada.

“La lluvia de ceniza llegó hasta la Ciudad de México, y el fenómeno natural atrajo la atención no sólo de científicos, sino también de la prensa internacional”, apunta la cédula.

“El pintor Gerardo Murillo, Dr. Atl (de quien hay un retrato en la exposición en línea), realizó un diario de su estancia, que se encuentra compilado en tres volúmenes. Por su parte, el fotógrafo Rafael García viajó ahí para atestiguar el fenómeno y dar cuenta de la proeza natural por medio de la lente”, refiere la tarjeta informativa del recinto virtual.

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