El escritor Alfonso Mateo-Sagasta .
Por: Reyna Paz Avendaño
“Decir que España conquistó México es un error narrativo, el que conquista a México no es España sino Castilla, uno de los reinos de la Península Ibérica”, señala en entrevista el escritor Alfonso Mateo-Sagasta (Madrid, 1960) a propósito de su reciente libro “Nación”.
La novela editada por el Fondo de Cultura Económica (FCE) reúne más de 500 escenas variadas sobre el hundimiento de la monarquía católica y la construcción de una veintena de naciones entre 1808 y 1837.
“España en el siglo XVI no existía como tal, tampoco existía México, entonces lo que narro es el hundimiento de la monarquía católica que es la gran macro estructura de poder institucional patrimonial a la cual pertenecemos tanto los americanos como peninsulares, todos formamos parte de esa estructura que está reunida en la cabeza de un rey y hay dos puntales fundamentales: la monarquía y la defensa de la religión (catolicismo)”, explica Mateo-Sagasta.
El autor indica que esa monarquía entra en crisis a principios del siglo XIX con la invasión de Napoleón y a partir de entonces comienza la definición de las distintas naciones.
“Todos nacemos al mismo tiempo en el proceso de descomposición de la monarquía católica: Argentina, México, Chile y España, eso nos cambia la perspectiva de la historia que nos han enseñado en ambos lados del Atlántico”, afirma.
Dicha crisis inició en 1808 y las primeras reacciones americanas fueron de apoyo a la caída de la monarquía, hubo movimientos independentistas, revolucionarios y enfrentamientos con el poder que pusieron en duda la legitimidad de los que estaban gobernando: virreyes y gobernadores militares.
“Hay que tener en cuenta que quienes estaban gobernando en ese momento todavía fueron nombrados por Carlos IV, a partir de 1808 hubo un golpe de estado de Fernando VII quien se intenta hacer con la Corona, pero en cuestión de meses Fernando pierde la Corona y se la queda Napoleón”, detalla Mateo-Sagasta.
El autor explica que entre 1808 y 1810 América colaboró y envió dinero para la lucha contra los franceses a favor de Fernando VII, pero a partir de 1810 los relatos cambiaron, por ejemplo, Miguel Hidalgo y Costilla habla de independencia y José María Morelos menciona la emancipación de América
¿Qué papel jugó la esclavitud?
España nació en 1837 y hubo un proceso complejo con la esclavitud. España fue de los penúltimos países del mundo en abolir la esclavitud, ésta en México no tenía tanta importancia como sí la tuvo en El Caribe: Cuba, Puerto Rico…pero sobre todo en Cuba.
A pesar que en la constitución de 1812 y en las cortes de 1810 se mencionó abolir la esclavitud, no se logró por la presión de los esclavistas y los tratantes de personas. El mismo rey, Fernando VII, firmó tratados de abolición pero siguió manteniendo el negocio más lucrativo del mundo.
Durante todo el siglo XIX la mayoría del negocio de la trata de esclavos lo llevaron los españoles, desaparecieron los antiguos tratantes franceses, ingleses y holandeses; y llegaron los españoles a imponer la industrialización de la esclavitud.
La novela.
La novela.
¿Por qué?
Antes los tratantes de esclavos pasaban una larga temporada cargando esclavos a lo largo de la costa, eso con la abolición de la trata no se podía hacer y entonces en una misma noche metían a 500 hombres en la bodega de un barco, para eso se generaron almacenes de esclavos en la costa africana, almacenes secretos como el de Pedro Blanco, una aberración en pleno siglo XIX.
España no se atrevió a abolir la esclavitud porque Cuba fue uno de los principales ingresos de plena guerra civil. El nacimiento de España está condicionado en gran medida por la esclavitud porque por primera vez se define el territorio español y por primera vez por la esclavitud no se atreven a amparar con la constitución a una serie de territorios en los que no pueden decir que todos los hombres son iguales ante la ley teniendo esclavos.
Lo que hicieron fue sacar a esos territorios que por primera vez se definieron como colonias: Cuba y Puerto Rico, y también Filipinas en donde había un tratamiento distinto a los indígenas.
Sobre el desarrollo de la Inquisición, Mateo-Sagasta comenta que tuvo un poder fundamental de control político y social en la Península Ibérica y en toda América, y entre 1808 y 1820 se abolió tres veces.
“Fernando VII es quien la vuelve a instalar en 1813, pero en 1820 la abole, eso es importante porque se crean las Juntas de Fe que fueron los defensores de la religión a ultranza, que vienen a ser lo mismo que la Inquisición pero llevado por militares; las Juntas de Fe ejecutan y asesinan mucho más libremente que la religión”, detalla.
El también historiador señala que Fernando VII tuvo disidentes dentro de su propio partido absolutista. “Habrá gente que considera que Fernando es demasiado liberal, entonces hay que hacer volver al poder absoluto porque este rey no es suficientemente duro y entonces empiezan a existir partidarios de su hermano Carlos”.
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