Quizá porque el célebre compositor era agnóstico es que mucho tiempo se rehusó a componer una Messa da Requiem, incluso, en una carta al director Alberto Mazzucato en febrero de 1871, el compositor sostenía que: “No me gustan las cosas inútiles. ¡Hay tantas, muchas misas de réquiem! Es inútil agregar una más.”. Sin embargo, a la muerte del poeta italiano Alessandro Manzoni, a quien Giuseppe Verdi admiraba profundamente y consideraba “el hombre cuyos escritos representaban el objetivo de la unidad lingüística y nacional italianas”, es lo que impulsa al célebre compositor a escribir esta pieza entre París, Sant′Agata y Milán, desde el invierno de 1873 hasta la primavera de 1874.
En la Messa da Requiem, Verdi se aleja de los rituales de la liturgia en un momento en el que la nueva política de división de poderes entre iglesia y estado se mezclaba con la renovación de la búsqueda individual del camino hacia la fe. Además, en esta monumental obra, pudo explotar todos los recursos musicales que había plasmado anteriormente en sus 26 óperas, pero sin tener en cuenta las demandas especiales que impone una acción escénica inevitablemente.
Verdi, quien era agnóstico, ilustra en su Messa da Requiem sus reflexiones sobre la muerte, la interrogante que se abre frente a ese misterio y la búsqueda de un sentido de la vida, creando una obra sacra monumental y ha acabado instalándose en la imaginación colectiva como expresión sublime de un renovado acercamiento a la fe en el siglo romántico.
Escrito para cuatro solistas vocales, coro mixto y gran orquesta, el discurso lingüístico de este Réquiem se le ha considerado "impersonal", pues los cantantes en ocasiones hablan desde una perspectiva general y en otra es una súplica individualizada buscando la misericordia divina, aunque coincide con otros (Mozart, Cherubini, Berlioz, etc.) en evocar en el oyente una sensación de paz.
El estreno de este célebre Réquiem tuvo lugar, según lo previsto, el 22 de mayo de 1874 –exactamente un año después de la muerte de Manzoni− bajo la batuta del propio compositor con gran éxito desde su estreno.
En esta ocasión, podremos recordar la interpretación realizada por la OSSLP el 31 de octubre de 2013 en el Teatro de la Paz, contando con la participación de la soprano Ana Cecilia Ramírez Acevedo, la mezzosoprano Beatriz Montaño, el tenor Saúl Sánchez R., y el barítono Oziel Garza y los coros “Oralia Domínguez” y Metropolitano de Rioverde.
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