martes, 3 de mayo de 2022

Exhiben "El puño de hierro", la película moralista de Plutarco Elías Calles

La cinta que fue proyectada en el Teatro Ignacio de la Llave durante el XV Coloquio Nacional "Los rostros de la desigualdad".

Por: Reyna Paz Avendaño

Hace casi cien años, en Orizaba, Veracruz, se produjo "El puño de hierro", un largometraje del cine mudo que alentó la campaña gubernamental del entonces presidente Plutarco Elías Calles: combatir las drogas, el alcoholismo y la prostitución.

La cinta que fue proyectada en el Teatro Ignacio de la Llave durante el XV Coloquio Nacional "Los rostros de la desigualdad", fue comentada por el historiador Aurelio de los Reyes, a través de un texto que leyó el pianista José María Serralde, quien también musicalizó en vivo la película.

En su escrito, De los Reyes detalló que en 1925, los estados del país crearon delegaciones para iniciar una campaña de acciones sanitarias y una de estas estrategias fue la proyección de películas.

"Desde el punto de vista cinematográfico, la campaña se centró en combatir enfermedades venéreas, drogas, tuberculosis, alcoholismo y unsinariasis (parásitos)", comentó.

Según una estadística, aquellos años morían más personas de sífilis que de longevidad.

“Por ejemplo, en 1926 fallecieron 196 sifilíticos en la Ciudad de México por lo que el gobierno, a partir de abril de 1926 obligó a jueces y a sacerdotes de los cultos existentes en el país exigir a los contrayentes un certificado de análisis prenupcial para acreditar que no padecía enfermedades, en específico, sífilis”, expresó De los Reyes.

El miembro del Seminario de Cultura Mexicana indicó en su texto que en el país se estableció la obligatoriedad de inyecciones preventivas y se calculó que asistían mensualmente a los dispensarios, 10 mil enfermos venéricos de condición humilde para ser atendidos gratuitamente.

"Al gobierno le interesaba el problema de la prostitución sobremanera aunque no pretendía resolverlo desde el punto de vista moral sino desde la higiene y la salud pública”, dijo.

En enero de 1925 inició la campaña de conferencias audiovisuales con diversos temas en las plazas públicas de la Ciudad de México, lo cual se extendió a los estados, incluidas las principales ciudades de Veracruz: Xalapa y Orizaba.

"Aquí, en este Teatro Ignacio de la Llave exhibieron seguramente las películas “Al final de camino” para alertar a los jóvenes de los peligros de las relaciones sexuales con prostitutas. La película mostraba escenas con enfermos en agonía, víctimas de sífilis", externó en voz de Serralde.

Antes de la proyección de las películas se daba una conferencia, añadió el historiador.

"`El puño de hierro’ filmada en Orizaba precisamente durante la campaña contra las drogas sigue el discurso oficial al apoyar la retórica moralista de Calles al insistir en la destrucción del individuo por el consumo de drogas", dijo.

Algunas escenas de carácter documental que se observan en la cinta son del Hospital Público de Orizaba que muestra a las víctimas del vicio, manifestaciones de la sífilis nerviosa y el alcoholismo.

"En la exhibición de la película en el Mercado de la Merced un atento auditorio de personas humildes escuchó a un doctor referir de qué manera la marihuana incidía en la criminalidad, de la misma manera que en ‘El puño de hierro’, un falso médico se dirige a la multitud", narró.

Por otra parte, añadió, la descripción de los interiores de los fumadores de opio y marihuana era un tópico que la prensa de la época abordaba con frecuencia.

"Nada extraño que ‘El puño de hierro’ muestre las escenas de los fumadores de opio y marihuana. Hoy, la película nos parece audaz para su época pero no lo era porque apoyaba el discurso oficial. De ahí que el gobierno no la censuró ni prohibió. Con seguridad, la consideró educativa y un apoyo a su política de evitar el consumo de drogas", indicó en el texto.

El pianista José María Serralde añadió que cuando Aurelio de los Reyes trabajaba en una botica en el Centro Histórico de la Ciudad de México, se percató que la película que estaba utilizando para diluirla en acetona y hacer pegamento, no era más que un conjunto de cintas de la familia que produjo: “El puño de hierro” y “El tren fantasma”.

“El puño de hierro es quizá el único largometraje, junto con ‘Tepeyac’ de 1917, que llega prácticamente completo a nuestros días y sólo falta, en esta restauración de 2017, una digitalización que hace contundente la Filmoteca de la UNAM, cuadro por cuadro cuidando saltos, cuidando homogeneidad en el proceso digital y es así que llega a nuestros ojos después de su estreno en los años 20 de siglo pasado”, indicó.

En 2017, la Filmoteca de la UNAM comisionó al Ensamble Cine Mudo, que dirige Serralde, la musicalización de la cinta.

“¿Qué hacemos si no tenemos una partitura original para la película? Del mismo modo que el oficio del historiador: especular. En este sentido la especulación fue ¿qué hubiera pasado si un pianista recibe la encomienda en su juventud de tocar para el cine en la esquina?, ¿Qué hubiera tocado el instrumentista?”, expresó Serralde.

Sobre “El puño de hierro”

El cineasta, inventor y laboratorista Gabriel García Moreno, funda en la ciudad de Orizaba, Veracruz, El Centro Cultural Cinematográfico, empresa mediante la cual produce entre 1926 y 1927, tres películas de largometraje: “Misterio”, “El tren fantasma” y “El puño de hierro”.

La empresa al no cubrir las expectativas de sus inversionistas, se declara en quiebra total. En ese momento García Moreno deja las películas en manos del señor William Mayer, tesorero del Centro Cultural Cinematográfico, quien tuvo el acierto de resguardarlas en sus oficinas durante muchos años.

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