Como cada año, la Semana de Cine Japonés ofrece una selección realizada en colaboración entre la Cineteca Nacional y la Fundación Japón, que sirve al público como escaparate para acercarse a los clásicos perdidos del cine nipón, a sus autores más relevantes o a aquellos que han figurado como personajes de culto.
Con eso en mente, se ha preparado una selección que pone sobre la mesa el nacimiento del cine sonoro en Japón, regresándonos a los inicios del séptimo arte para invitarnos a reflexionar sobre su historia y sus diferentes manifestaciones alrededor del mundo.
Heinosuke Gosho realizó en 1931 la que se considera la primera película sonora japonesa, Madamu to nyōbō, aunque en el cine japonés existía tradicionalmente un personaje singular, el benshi, un narrador que no sólo iba relatando la película, sino que además interpretaba las voces de los personajes y realizaba los efectos de sonido. Este narrador no fue exclusivo de Japón, pero en ninguna otra parte tuvo el mismo prestigio e importancia.
Porque en Japón, el benshi no era algo accesorio; al contrario, en muchos casos era la estrella de la función, más importante aún que los protagonistas de la película. Por eso, gozaba de un estatus realmente privilegiado.
El punto de partida de este ciclo sobre el primer cine sonoro japonés, fueron tres películas de Sadao Yamanaka, las únicas sobrevivientes de toda su producción (dos docenas de filmes, en cinco años), digitalizadas, restauradas y presentadas en formato DCP por Fundación Japón en México: Tange Sazen y la vasija del millón de ryō (1935), Kōchiyama Sōshun (1936) y Humanidad y globos de papel (1937).
A esas tres películas se le suman otros títulos contemporáneos, realizados entre 1935 y el fin de la década de autores muy reconocidos como son Kenji Mizoguchi, Yasujirō Ozu, Mikio Naruse, Teinosuke Kinugasa, Heinosuke Gosho y Masahiro Makino.
Del 2 al 14 de agosto, los nueves filmes restaurados formarán parte de la Semana del Cine Japonés que este año exhibirán las salas del recinto de Xoco con la intención de pensar en la transición entre un cine figurativamente mudo a uno que incluyó la palabra hablada como un elemento más de su vasto acervo.
Programación
Tange Sazen y la vasija del millón de ryõ
Tange Sazen yowa: Hyakuman ryō no tsubo, Japón, 1935, 92 min.
D: Sadao Yamanaka. G: Shintarō Mimura. F en B/N: Jun Yasumoto. M: Goro Nishi. Con: Denjirō Ōkōchi (Sazen Tange), Kiyozo (Ofuji), Kunitarō Sawamura (Genzaburo Yagyu), Reyzaburō Yamamoto (Yokichi), Minoru Takase (Shigeju), Sōji Kiyokawa (Shichibei), Ranko Hanai (Ogino). CP: Nikkatsu.
En esta versión cómica del género samurái, el primogénito del clan Yagyu regala un jarrón que contiene un mapa que indica el lugar donde permanece oculto un millón de ryō (monedas de oro). Cuando descubre el secreto, se embarca en una búsqueda para recuperar la vasija, la cual llega a manos de un niño huérfano adoptado por Tange Sazen, un legendario samurái tuerto y manco. Su sentido del humor y su ironía destacaron a esta obra como una de las producciones japonesas más sólidas de los años 30.
Kōchiyama Sōshun
Kōchiyama Sōshun, Japón, 1936, 82 min.
D: Sadao Yamanaka. G: Shintarō Mimura y Sadao Yamanaka, con base en una obra de kabuki de Kawatake Mokuami. F en B/N: Harumi Machii. M: Gorō Nishi. Con: Senshō Ichikawa (Hirotaro / Nao), Setsuko Hara (Onami), Chōjūrō Kawarasaki (Kōchiyama Sōshun), Kanʼemon Nakamura (Kaneko Ichinojo), Shizue Yamagishi (Oshizu), Sukezō Sukedakaya (Ushimatsu), Daisuke Katō (Kenta). CP: Nikkatsu.
Después de que el joven Hirotaro roba el cuchillo de un viejo samurái, se desencadena una serie de acontecimientos desafortunados que involucran a su hermana Onami, al dueño de una casa de apuestas, a un ronin errante y a una geisha. En la segunda de sus tres únicas películas conservadas, Sadao Yamanaka confeccionó un jidaigeki (drama de época japonés) pionero en el cine de yakuzas, que explora los bajos fondos del Japón feudal, preservando el humanismo y hasta el humor que caracterizan su obra.
Humanidad y globos de papel
Ninjō kami fūsen, Japón, 1937, 86 min.
D: Sadao Yamanaka. G: Shintarō Mimura. F en B/N: Akira Mimura. M: Tadashi Ota. Con: Chōjūrō Kawarasaki (Matajuro Unno, samurái), Kanʼemon Nakamura (Shinza, peluquero), Shizue Yamagishi (Otaki), Tsuruzō Nakamura (Genko, vendedor de pescado), Chōemon Bandō (Yabushi, masajista), Sukezō Sukedakaya (patrón), Emitaro Ichikawa (Yatagoro). CP: Zenshin-za, Photo Chemical Laboratories. Prod: Masanobu Takeyama.
Matajuro, un samurái venido a menos, sobrevive fabricando globos de papel junto a su esposa en un barrio pobre en las afueras de Tokio. Allí vive también Shinza, un peluquero que siempre anda metido en problemas por su afición al juego. Las vidas de los dos hombres se entrecruzan cuando se ven envueltos con una familia de prestamistas y un poderoso jefe. Considerada como la obra cumbre de Yamanaka, Humanidad y globos de papel es uno de los jidaigekis más influyentes en la historia del cine japonés.
La venganza de un actor
Yukinojō henge, Japón, 1935, 98 min.
D: Teinosuke Kinugasa. G: Daisuke Itō y Teinosuke Kinugasa, basados en una novela de Otokichi Mikami. F en B/N: Kōhei Sugiyama. Con: Kazuo Hasegawa [acreditado con el nombre de Chōjirō Hayashi] (Yokinojo / Yamitaro / madre de Yokinojo), Tokusaburo Arashi (Kikunojō Nakamura), Akiko Chihaya (Namiji), Naoe Fushimi (Ohatsu), Kokuten Kōdō (Dobu). CP: Shōchiku.
Un onnagata, intérprete de teatro kabuki que encarna a personajes femeninos, orquesta una terrible venganza en contra de los responsables de la muerte de sus padres cuando el actor era sólo un niño. El más exitoso de los jidaigekis del director Teinosuke Kinugasa enmarca al actor Kazuo Hasegawa, quien interpreta a tres personajes: el protagonista, la madre de éste y un mafioso. Originalmente de más de cinco horas de duración, el filme fue considerado perdido hasta que se recuperó una versión en 1952.
La mujer en la niebla
Oboroyo no onna, Japón, 1936, 111 min.
D: Heinosuke Gosho. G: Tadao Ikeda. F en B/N: Jōji Ohara. M: Keizō Horiuchi. E: Shin Mori. Con: Takeshi Sakamoto (Fumikichi), Toshiko Iizuka (Teruko), Shin Tokudaiji (Seiichi), Chōko Iida (Otoku, madre de Seiichi), Mitsuko Yoshikawa (Okiyo), Shin Saburi (doctor). CP: Shōchiku.
Ambientada en la zona de clase trabajadora de Shitamachi en el centro de Tokio, este conmovedor drama de Heinosuke Gosho se centra en un estudiante de derecho desilusionado y descarriado que deja embarazada a una camarera, y el tío bien intencionado que, en un intento por ayudarlo, sólo empeora las cosas. Conocido por sus melodramas familiares centrados en la vida cotidiana (shomin-geki), aquí Gosho pone énfasis en la generación más joven agobiada por el sacrificio que su sociedad les pide que hagan.
El hijo único
Hitori musuko, Japón, 1936, 83 min.
D: Yasujirō Ozu. G: Tadao Ikeda y Masao Arata basados en un relato de James Maki (pseudónimo de Yasujirō Ozu). F en B/N: Shōjirō Sugimoto. M: Senji Itō. E: Eiichi Hesegawa. Con: Chōko Iida (Tsune Nonomiya), Shinichi Himori (Ryosuke, adulto), Masao Hayama (Ryosuke, niño), Yoshiko Tsubouchi (Sugiko), Mitsuko Yoshikawa (Otaka). CP: Shochiku.
La viuda Tsune Nonomiya lo sacrifica todo con tal de que su hijo Ryosuke pueda asistir a un instituto en Tokio; sin embargo, años más tarde, y de visita en la ciudad por primera vez se dará cuenta de que el joven ha perdido un importante puesto de funcionario y es ahora un humilde profesor. En su primera película sonora, Yasujirō Ozu toca temas como el amor, el sacrificio, la familia y la decepción, para desarrollar una película que es considerada por muchos entre las mejores de su filmografía.
Duelo en Takadanobaba
Chikemuri Takadanobaba, Japón, 1937, 51 min.
D: Hiroshi Inagaki, Masahiro Makino. G: Maki Tozo. F en B/N: Mitsui Rokusaburo, Ishimoto Hideo. M: Takahashi Han. Con: Tsumasaburō Bandō (Nakayama Yasubei), Ryosuke Kagawa (Sugeno Rokurozaemon, el tío), Ichikawa Momonosuke (Kumaku), Hara Komako (Osai, la esposa), Shimura Takashi (Rakurakutei). CP: Nikkatsu.
Durante el periodo Edo, Nakayama Yasubei es un samurái al que le gusta beber y va de pelea en pelea con distintos personajes de su nagaya, o barrio de clase baja. Sólo le teme a una persona: su tío Sugeno. Cuando éste es desafiado en un combate desigual, Nakayama deberá a enfrentase a 18 guerreros para salvaguardar su honor. Basado en la historia real de un guerrero japonés de finales del siglo XVII, esta película combina humor y una atípica puesta en escena para representar la bravura de un hombre.
La historia del último crisantemo
Zangiku monogatari, Japón, 1939, 142 min.
D: Kenji Mizoguchi. G: Yoshikata Yoda y Matsutarō Kawaguchi basados de en una novela de Shōfu Muramatsu. F en B/N: Shigeto Miki (pseudónimo de Minoru Mike). M: Shirō Fukai. Con: Shōtarō Hanayagi (Onoe Kikunosuke), Kakuko Mori (Otoku), Kōkichi Takada (Nakamura Fukusuke), Nobuko Fushimi (Eiryu, la geisha), Kawarasaki Gonjuro. CP: Shochiku.
Kikunosuke, el hijo adoptivo de un legendario actor de teatro kabuki que interpreta roles femeninos, intenta seguir los pasos de su padre; sin embargo, es criticado en secreto por su falta de pasión. La única capaz de decirle la verdad será Otoku, la nana de su hermano, y su sinceridad llevará al joven a enamorarse y recorrer junto a ella un sinuoso camino. Ofreciendo un fascinante vistazo al mundo del teatro kabuki de finales del siglo XIX, esta película impulsó la carrera temprana de Kenji Mizoguchi.
Actores itinerantes
Tabi yakusha, Japón, 1940, 71 min.
D: Mikio Naruse. G: Mikio Naruse basado en un cuento de Mushū Ui. CP: Tōhō Co. F en B/N: Seiichi Kizuka. M: Fumio Hayasaka. Con: Takase Minoru (Nakamura Kikugoro), Kamatari Fujiwara (Ichikawa Hyoroku), Kan Yanagiya (Nakamura Senpei), Sōji Kiyokawa (Ichikawa Shichiemon). Prod: Teppei Himuro.
Una compañía de teatro kabuki liderada por “Kikugoro”, llega a un pueblo para representar una obra. Cuando el barbero local se da cuenta de que el responsable no se trata del famoso actor Onoe Kikugoro, sino del desconocido Nakamura Kikugoro, monta en cólera y estropea el traje de caballo que los actores utilizarán, lo que desencadenará divertidas situaciones. Actores itinerantes es una de las películas más cómicas en la filmografía de Mikio Naruse, cuyo metraje incluso se vio afectado por la censura.
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