sábado, 8 de octubre de 2022

"Nocturna" de Javiera Mena

Foto: Jesús Leonardo


Por: Loreta Neira Ocampo

En medio de una crisis mundial, la embajadora chilena del electropop invita a no olvidarse del goce. Entre el funk y el pop sintetizado, Javiera Mena comparte once canciones discotequeras en las que la sensualidad, la elegancia y el amor son clave.

En Chile, el estallido social, el regreso del toque de queda. En el mundo, la pandemia, las guerras, el miedo apoderándose de la calle. En algún lugar, entre Santiago y Madrid, Javiera Mena, la embajadora latinoamericana del electropop, buscó un refugio, algo a lo que aferrarse, una respuesta a todo este movimiento caótico y prohibitivo que empapaba los días aquí y allá. La encontró en la energía sexual, esa que es capaz de despertarnos con la esperanza del amor, del goce. Así, escribió once canciones discotequeras que homenajean al fuego interior que se desata furioso en contextos difíciles y que impulsa a movilizar, bailar y amar.

Nocturna habla del amor en la noche, en la pista de baile. Habla de comunión entre mujeres, de la verdad que radica en el deseo y de la necesidad de eliminar la culpa que brota del placer. En este disco, Mena se entrega a su instinto y lo potencia con todo lo aprendido en sus álbumes anteriores. El pop con sintetizadores se combina con momentos funk que recuerdan a los grooves suaves y sensuales que Michael Jackson imponía con genialidad en el dancefloor en sus mejores épocas. También, las influencias de Sade y George Michael ven la luz como nunca antes y dialogan con el legado de Jorge González (Los Prisioneros) que vive fuerte en los estribillos coreables de Javiera y en su uso de los beats, de los matices, las atmósferas.

Los sonidos orgánicos también están presentes. Me gustas tú, canción inspirada en cantantes como Jeanette y Matia Bazar, despliega acordes con una guitarra suave que abre paso a melodías interpretadas por la flauta traversa; un clima encantador que transmite la ternura que existe en la atracción y que recalca las inspiraciones que la compositora toma de la música pop de los años 80. Asimismo, canciones como Debilidad, Isla de Lesbos y/o Corazón astral dan cuenta de la búsqueda por fusionar el imaginario latino con el anglo, como hizo Madonna en La isla bonita.

Con elegancia y suavidad, Javiera Mena retrata la pasión y la celebra. «Cuántos amores se han ido, cuántos amores vendrán», dice en Debilidad, y es una pregunta que todos y todas nos hacemos, aunque no lo digamos, aunque no lo sepamos. La diva pop chilena hace en su quinto disco una invitación a escuchar el sentimiento, a conectarse en profundidad con Eros y sacar la fuerza desde allí. En su mundo, funciona y es sinónimo de diversión, autoconocimiento y baile, mucho baile.


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