lunes, 3 de octubre de 2022

Prepara UNAM libro con las memorias de Miguel León-Portilla



Por: Reyna Paz Avendaño

La Coordinación de Humanidades de la UNAM trabaja en la edición de las memorias del nahuatlato Miguel León-Portilla (1926-2019), las cuales podrían publicarse antes de que concluya el 2022; además la familia del autor de "Visión de los vencidos" ordena la correspondencia que el humanista envió a investigadores, amigos, alumnos y familiares.

Durante el tercer aniversario luctuoso de León-Portilla -realizado en la Casa de los pueblos y barrios originarios de Coyoacán, en el pueblo de los Reyes-, Diego García de Abrego, coordinador del Programa Editorial de la Dirección General de Divulgación de las Humanidades, comentó que se trabaja en las memorias.

“Ya nos las entregaron los herederos, nos entregaron el manuscrito, estamos trabajando, será cosa de unos meses el que ya salgan. A lo mejor antes de que termine el año, sino será hasta los primeros meses de enero o febrero de 2023”, adelantó a Crónica.

¿Qué tipo de anécdotas aparecen en esos escritos?, se le preguntó. “Cuenta su vida, sus estudios, su infancia en Santa María la Ribera, los estudios con los jesuitas, la influencia del padre Ángel María Garibay y ya luego empieza a hablar de las obras, cuando escribió la ‘Visión de los vencidos’, después, así como era al hablar, mezcla anécdotas e historia. Será un libro muy interesante”, respondió.

Las memorias serán coeditadas por la Coordinación de Humanidades de la UNAM, el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM y la Universidad Iberoamericana. Por el momento, la UNAM alista la reimpresión de 8 mil ejemplares de “Visión de los vencidos”, la obra más vendida del nahuatlato.

Ascensión Hernández Treviño, investigadora de la UNAM y viuda de León-Portilla, platicó que vivieron en Coyoacán desde 1965, en la calle de Alberto Zamora, por lo que la biblioteca y archivo personal de su esposo se quedará en Coyoacán.

“Él ha pensado aquí, ha escrito aquí, ha vivido aquí, aquí paseaba, iba a los Viveros paseaba por el pueblo de Coyoacán. Aunque le insistí mucho que necesitábamos una casa con más espacio para los libros, él no quería, yo creo que no quería porque como tenemos tantos libros decía: ¡cómo vamos a mover todo esto!”, narró.

Hernández Treviño compartió que tras la muerte de León-Portilla -Premio Crónica- descubrió que tenía tres cubículos en la UNAM. “Tuvo su cubículo, el de su secretaria y uno oculto de donde, en total, salieron 45 cajas enormes”.

“Nos ha dejado muchísimos papeles y muchísimos libros para colocar bien y para mantener su memoria que sería lo bonito, contar todo lo que él ha dejado porque en esos cubículos tenía libros. Una de las misiones que tenemos la familia es juntar todo, tener una memoria viviente y también su archivo privado. Estamos trabajando para que todo quede en Coyoacán”, dijo.

¿Tienen misivas?, se le preguntó. “Sí, hay muchísimas cartas que escribía a gente de Europa, de Estados Unidos, de Japón, con gran parte de la gente que se preocupa por el México antiguo fuera de México. Ahora lo que he hecho es guardar todo lo bueno”, respondió.

De sus papeles tengo mucho cuidado y a la larga tenemos pensado contactar a una persona técnica en archivos, para que haga una clasificación, añadió.

¿Qué otros documentos ha encontrado?, se le cuestionó. “He encontrado algunos textos primeros, por ejemplo, su obra de teatro (“La huida de Quetzalcoatl”) he encontrado la original, la que él escribió a máquina en los años 50. La encontré en las cajas de ese cubículo oculto”, indicó.

A la pregunta de dónde se depositará todo ese legado, Hernández Treviño explicó que se enfrentan al problema de espacio ya que es muy grande la cantidad de libros y aunque la UNAM les ofreció sus instalaciones, la familia se negó.

“La que era directora de Históricas muy generosamente me ofreció que ahí en Históricas tienen lugar para archivos pero la familia nos reunimos y decidimos que lo queríamos llevar a la casa. Entonces nosotros ahora somos responsables de ese archivo porque sino lo dejamos en la Universidad, que hubiera sido también muy bueno, ahora lo tenemos que canalizar de alguna manera para que eso quede como legado y a mí sí me gustaría mucho que quede en Coyoacán”, expresó.

¿Se realizará un museo?, preguntó un asistente. “Entendemos por museo imágenes, en este caso serían libros, biblioteca, pues cuidamos mucho la biblioteca. No es pública, pero para alumnos, para compañeros de la universidad pues sí les prestamos”, indicó.


En el homenaje organizado por la Casa de las Humanidades de la UNAM hubo lectura de poesía en náhuatl y un concierto de la Banda Sinfónica de Coyoacán. Reyna Paz Avendaño


HOMENAJE AL NAHUATLATO

A tres años de la muerte del humanista Miguel León-Portilla (1926-2019), familiares recordaron su obra con un homenaje realizado en la Casa de los pueblos y barrios originarios de Coyoacán, en el Pueblo de los Reyes, casa de cultura que lleva el nombre del investigador emérito de la UNAM.

Gerardo Hierro, yerno de León-Portilla, -acompañada de María Luisa, hija del investigador, y la viuda Ascensión Hernández Treviño-, expresó que la obra del humanista reflejan su pensamiento y lo hacen seguir aún vivo.

“A sus 26 años escribió su única obra de teatro. Se llama ‘La huida de Quetzalcoatl’, donde Quetzalcoatl se da cuenta de que existe el tiempo y se quiere escapar de él. Don Miguel en sus obras y en su pensamiento viajó en el tiempo, pudo lo que Quetzalcoatl no pudo hacer, se puso en contacto con la realidad humana y cultural de los pueblos indígenas, logró ese gran acercamiento espiritual y cultural, que es lo que nos transmite y nos da a quienes tenemos la fortuna de leerlo”, dijo.

Gerardo Hierro narró que León-Portilla tuvo una enorme determinación desde niño. “Sabía lo que quería, a los 15 años se fue a estudiar con los jesuitas y él siempre le reconoció a los jesuitas que gracias a ellos aprendió latín y griego, que habían contribuido muy fuertemente en su formación”.

Don Miguel de adulto, llegó a dominar nueve idiomas, por supuesto, uno de ellos el náhuatl, agregó.

“Se fue con los jesuitas a estudiar a Estados Unidos a los 15 años. Después ya a los 25 años decide que no es su camino la vocación eclesiástica, renuncia y se regresa a México y es en la UNAM donde hace su doctorado en filosofía y así fue como él se fusionó con la UNAM para siempre”.

El yerno recordó que León-Portilla decía que todo lo que él era se lo debía a la UNAM. “Él decía que la UNAM era el paraíso y siempre decía que él no pertenecía a un partido político, que él solo pertenecía al partido de la UNAM”.

También comentó que la tesis doctoral del nahuatlato fue “La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes”. “No le querían aceptar el tema, no se la valían porque le decían que estaba loco, que los nahuas no tenían filosofía, entonces tuvo que pelearse para que le aceptaran esa tema. Y ahora ya ha sido publicada ininterrumpidamente por más de 60 años”.

En el homenaje organizado por la Casa de las Humanidades de la UNAM hubo lectura de poesía en náhuatl, un concierto de la Banda Sinfónica de Coyoacán, charlas sobre topónimos en náhuatl y juegos de guerreros emplumados.

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