El saber del indígena maya y la pureza del alma del niño blanco se entrelazan en diálogos sencillos pero profundamente humanos para rememorar al escritor, historiador y periodista mexicano Ermilo Abreu Gómez (1894-1971), autor de “Canek”, en el 121 aniversario de su nacimiento.
El texto literario más emblemático de Abreu Gómez es un canto a la filosofía e identidad del pueblo maya peninsular a través de la amistad pura y sincera que mantiene el niño Guy con el indio maya “Jacinto Canek”.
La ausencia de discurso oficial para recordar a quien fuera una de las figuras más importante de la literatura nacional de su época, permitió apreciar la vivacidad y la profundidad del trabajo de Abreu Gómez convertidas en representaciones o diálogos por parte de alumnos del Centro de Educación Artística (Cedart).
La alumna de la institución, Verónica Flores Juárez Uc, expuso: “vengo a hablar lo que nuestro homenajeado quería”, en alusión a la unidad de todos los pueblos y de acuerdo con la declaración de Kyoto de los pueblos, así como en las luchas esenciales contra la pobreza.
Por ilusorio que suene, dijo, en pleno siglo XXI creo en la pobreza como algo espiritual, la pobreza supone mucho más que una simple falta de ingresos.
“Al hablar de la pobreza de los bolsillos destacando la riqueza del alma, no puedo evitar de mencionar a Jacinto Canek, abundó, ese indígena leyenda en nuestra cultura. Es el que sufrió con los humildes de nuestra tierra, pero que también fue guerrero”, expresó.
Pobre es aquel que tiene un alma débil para luchar por salir adelante, pobre es una persona falta de valores, de moral, sin respeto propio para amar a su gente, a su patria ¿No podremos admirar nuestra cultura y protegernos de nuevo como tribu?, ¿Cuidar nuestra naturaleza y a nuestra especie?, cuestionó.
Estamos olvidando la grandeza que es mirar un atardecer, esos colores naranjas que solo en el cielo se logran, ese matiz que ni el mejor pintor lograría; en cambio luchamos por sobrevivir diariamente, cual criatura de barro dejamos a un lado los sentimientos y no ayudamos a los de nuestra especie.
Flores Juárez apuntó que leer a “Canek” y con ello a Abreu Gómez es “conocer y reconocer sus raíces, enaltecer a su pueblo y a su cultura. “Seguir transmitiendo nuestras costumbres, porque son nuestras leyes tradicionales las que lograrán la supervivencia de las generaciones futuras”.
Recordó que Ermilo Abreu Gómez “decía sobre Canek: si su lectura aviva la conciencia del hombre frente a la injusticia, me tendré por satisfecho”.
En su oportunidad, Jhoanna Pool Canché leyó un texto en el que evocó la relación vivencial de Abreu Gómez con sus textos “Cosas de mi pueblo” y “Canek”, los cuales en los individual o juntos “nos llevan a entender que estamos formados de lo más simple, que el indígena está hecho de maíz y de lo que puede hacer con él.
“Que estamos llenos de una mágica sencillez que no podemos ver por llenarnos de problemas, de preocupaciones, de cosas que creemos tan complejas, y que no nos damos cuenta de que la solución puede resolverse con algo tan simple como ver el cielo y pensar”.
“¿Cómo lo hubiera resuelto si tuviera ocho, nueve diez años? Porque un niño nunca ve complejidad en las cosas. Porque un niño es curioso, porque un niño se hace preguntas sin quedarse con la duda”, expresó. “Si tuviéramos la capacidad de pensar como Ermilo lo hacía, estoy segura -de que la gente se despegaría del televisor, saldría a la calle, a observar las plantas que salen entre los cimientos”, finalizó.
Ermilo Abreu Gómez nació el 18 de septiembre de 1894, en la ciudad de Mérida, Yucatán. Destacó como periodista, historiador, dramaturgo y ensayista. Fue miembro de la Academia Mexicana de la lengua y además de “Canek” escribió “La Xtabay”, “El corcovado”, “Héroes mayas” y “Cuentos para contar al fuego”, entre otros.
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