Por: Roberto A. Valenciano Capín
"Tenemos el arte para no morir de la verdad". Nietzsche.
Una buena alternativa ante este enfadoso y litigante institucionalismo cultural que sin mas circunda estos procesos creativos que se gestan desde su propia independencia, es como así como se generan estos espacios autogestivos en el cual se busca exponer y a su vez no solo compartir sino generar esta sinergia, un ejemplo de ello son esta sesión de intervenciones dancísticas en la azotea, para esta ocasión se han convocado a tres propuestas coreográficas generadas por Iván Sánchez Ramírez (Chile), Alejandra Betancourt ( SLP) y Nancy Rostro (SLP).
Una azotea en este parte sur del centro histórico de esta capital potosina fue el punto de encuentro para disfrutar y ser testigos de estas intervenciones dancísticas.
Al dar inicio con "Irregularidades Aparentes" del coreógrafo, bailarín y maestro chileno, Iván Sánchez Ramírez, da parte del inicio de este transitar dancístico.
A partir de la puntual pregunta ¿ Cuánto eres capaz de estar conmigo sin sentirte incómodo?, es así como aborda esta posibilidad de esta reflexión corporal sobre esta habitabilidad y reflejos emotivos que conlleva en si misma, así como a través de esta refracción de estadios que dan manifiesto de esta fuerza en el quebrantar la espacialidad a pesar de esta im-pertinente incertidumbre que es la sociedad misma. Para quedar como colofón, el pedir sin más que le puedes tomar esta foto.
Con el apoyo de las luces de los celulares, la bailarina Alejandra Betancourt comparte esta serie de improvisaciones bajo esta fuerza, fluidez y esta pulsación que demarca este proceso de investigación de su movimiento.
Y concluir estas intervenciones dancísticas con la coreografía - Alquimia, viaje al interior-, en donde Nancy Rostro entreteje esta potente voz que evocan esta impronta en donde se entrecruzan estos cuerpos conectados al movimiento que sin más producen un gran poder de complicidad /empatía que aluden a descubrir no solo esta luminosidad, sino que también conllevan a este espacio que nos adentra en nuestras memorias y sin más nos mete en las memorias-cuerpos de quienes nos ofrecen las suyas a través del poder sentir / mirar nuestros propios latidos o entrar a otras memorias a través de la naturaleza y nuestra relación con ella.
Una propuesta que indudablemente toca, así como el poder descubrir en nosotros y en los otros.
Es un ser poderosa, poderoso más allá de toda la vida en donde podemos cohabitar.
Sin lugar a dudas es importante generar y a su vez consolidar estos espacios no convencionales para dejar de manifiesto este transitar en exponer y detentar sin cortapisas estos proceso creativos, de reconocer/ se en la otredad.
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