sábado, 8 de marzo de 2014

Desde Yoko Ono a Andrea Echeverri: 10 Florecitas rockeras para saber que las mujeres no siempre fueron groupies

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Pero las hay. Existen las damas del rock que han podido pintar un cuadro propio en la pared donde los machos dueños del género han dejado sus huellas infalibles. Se trata de mujeres valientes y certeras, dispuestas a todo para no dejarse avasallar y totalmente enfrentadas con el prototipo histórico de la groupie que espera al músico en el camerino.
 
Lo bueno de esta selección de 10 mujeres en el rock podría ser completada con otra lista de 10 o de 100 más. Ya no es novedad que la música contemporánea sea animada por representantes del género femenino. En ese sentido, querido lector, toma esta pieza periodística como una simple propuesta.
 
Lo bueno de las listas es que nunca son infalibles.
 
Yoko Ono
 
Digan lo que digan los demás, la mujer de John Lennon y su musa durante muchos años es también una artista por todo lo alto que ha sabido cimbrar con voz propia el mundo del arte contemporáneo.
 
En el aspecto musical, su apuesta no es débil aunque es entendible que suene menos interesante que las genialidades de su extraordinario marido. El tiempo, de todos modos, ha puesto las cosas en su lugar, revalorando su vocación experimental no sólo aplicada a las artes visuales sino también a la música.
 
Con una retrospectiva en el Guggenheim de Bilbao y muchos de las canciones antiguas convertidas en hits para las nuevas generaciones, Yoko Ono parte plaza como una de las grandes figuras de la cultura mundial, un estatus que se ha ganado a pulso y con mucho, mucho talento.
 
 
 
Joan Baez
 
El 1 de abril próximos tendremos oportunidad de escucharla en vivo en el Teatro Metropolitan. Se trata sin duda de una leyenda del folk, compositora, músico y activista que permanece como una fuerza de la naturaleza.
 
Joan Baez salió a la cancha con César Chávez, organizó la resistencia a la Guerra de Vietnam y, 40 años después, elogió a Dixie Chicks por su valentía en la protesta de la guerra de Irak. Sus primeras grabaciones presentaban baladas tradicionales con rock, antes de, inconscientemente, introducir a Bob Dylan al mundo en 1963, iniciando con una tradición de mutua enseñanza que continúa.
 
Bueno, fue uno de los grandes amores de Bob el gruñón y su voz aguda y subyugante es un sello de fábrica en la historia de la música contemporánea.
 
 
Laurie Anderson
 
Comenzó a actuar en las calles de Nueva York y en sus espectáculos, inolvidables, conmovedores, mezcla poesía, música, echando mano además de los más variados artilugios tecnológicos que dan forma a un contenido con el que esta graduada en Historia del Arte, experta además en cultura egipcia, propone una mirada crítica hacia el mundo occidental contemporáneo.
 
La música de Laurie Anderson es visual y sus propuestas visuales son sonoras. Casi todas esas aproximaciones provienen de su amor por los libros. Quiso, por ejemplo, hacer una ópera basado en el libro Arco iris de gravedad, de Thomas Pynchon y le escribió una carta para contarle el proyecto. La respuesta del escritor fue: “Genial, pero sólo se puede usar el banjo”.
 
“Fue su dulce manera de decir no”, dijo Laurie, quien también admira mucho a William Bourroughs, cuya voz incorpora en “Sharkey’s Night”.
 
 
Shirley Manson
 
La voz de Garbage es la voz de la honestidad en un género que como el pop rock muchas veces se vale del engaño para persistir. Shirley Manson, considerada una de las mujeres más sexys de la música, ha hecho innumerables cosas además de cantar.
 
Entre ellas, ha sido modelo de Calvin Klein y actriz de Terminator: The Sarah Connor Chronicles y protagonizó una campaña publicitario para la marca de lentes Oliver Peoples Eyewear, junto al actor Elijah Wood.
 
Sin duda, hay que agradecerle muchas cosas a esta pelirroja sublime, entre ellas defender siempre la buena música en detrimento de las banalidades pop, de participar en campañas para defender los animales y de apoyar la lucha de género.
 
 
 
 
Kim Deal
 
A sus todavía muy jóvenes 52 años, a la bajista y cantante Kim Deal le queda mucho camino por recorrer en la música. Eso sin dejar de ver lo que ya tiene ganado con su trabajo con Pixies, la banda que dejó hace seis meses luego de varias idas y vueltas con Black Francis, otro de los miembros fundadores.
 
Deal, que fue reemplazada por su tocaya Kim Shattuck, despedida al poco tiempo “por su carácter introvertido” y luego por Paz Lenchantin, es insustituible, tal como han reconocido sus antiguos compañeros.
 
Mientras tanto, Kim sigue su senda al frente de The Breeders, la banda formada con su hermana gemela y con la que ha salido a girar por el mundo.
 
 
Beth Ditto
 
Soy gorda, lesbiana y feminista, dijo en una entrevista y su frase fue reproducida hasta el hartazgo por los medios musicales y no tanto. Aun así de rotunda, esa definición no alcanza para describir a una artista sin igual, a un verdadero ícono del rock independiente y a una mujer imparable.
 
Beth Ditto y su maravilloso grupo The Gossip suenan impresionantemente bien y en parte porque la “frontwoman” hace todo para sustraer al público y llevarlo a mundos desconocidos.
 
No sólo canta maravillosamente. También le sabe sacar partido a su imagen y enfrentar con la fuerza de su autoestima y de su arte todas las ocasiones de lucimiento que le presenta la industria de la música, un terreno en el que se mueve con una facilidad pasmosa.
 
En 2007 fue nombrada por la revista NME la persona viva más cool del rock, una gentileza que Beth le devolvió posando desnuda en su portada, con una leyenda ad hoc que decía: Bésame el culo.
 
 
 
Pink
 
El lugar que ocupa Pink en la canción pop estadounidense es de ella y no se lo quita nadie. Sobre todo porque esa mezcla de rock y soul en una ruta comercial como la que transitan sus muy vendidos discos, es muestra de un arte personal que a la artista le ha costado bastante imponer.
 
Nacida hace 34 años en Pensilvania, fue con su segundo y maravilloso álbum Missundaztood, del 2001, cuando Pink finalmente pudo cabalmente transmitir cómo quería que sonara su música. Los sencillos “Get the Party Started”, “Don’t Let Me Get Me”, “Just Like a Pill” y “Family Portrait”, entre otros, dieron cuenta de una capacidad extraordinaria para conmover y divertir por partes iguales.
 
Desde entonces, Pink es el equilibrio perfecto entre la frivolidad y el desenfado, sin abandonar por ello el espíritu crítico que dos por tres le permite reírse de los desmanes de la industria.
 
La música le ha dejado espacio a la maternidad y también a una incipiente carrera como actriz, que Pink encara con su nombre real, Alecia Moore. Su participación en la película Thanks For Sharing, junto a Mark Ruffalo, Tim Robbins y Gwyneth Paltrow, fue aclamada por la crítica y le augura un buen camino también en esta disciplina.
 
 
Alicia Keys
 
Contó Bob Dylan que cuando la vio por primera vez en una ceremonia de entrega de los Grammy lo primero que pensó fue “no hay nada malo en ella”. La impresión que la cantante, pianista, compositora y actriz neoyorquina dejó en el rey de la canción estadounidense quedó plasmada en el tema “On Thunder on the Mountain”.
 
Lo cierto es que luego de ver su actuación en el reciente concierto llevado a cabo en Nueva York a beneficio de las víctimas del Huracán Sandy, uno no puede menos que coincidir con el mítico Dylan.
 
Pelo corto en una melena más que sentadora, un vestido rojo pegado a una silueta perfecta, un pianismo delicado y certero, una voz perfecta al servicio de una interpretación consciente y conmovedora: ¿Dónde hay en Alicia Keys un defecto visible?
 
Tiene 33 años, 14 Grammy en sus vitrinas, más de 30 millones de discos vendidos y su “Girl of fire” ha recorrido el mundo.
 
 
 
Andrea Echeverri
 
La ex cantante de Aterciopelados tiene casi 50 años y no abandona por ello su gesto aniñado y su manera un poco bobalicona de defender las ideas de la New Age en las que cree. Tiene en ese sentido la sangre un poco espesa, a qué negarlo.
 
Sin embargo, la artista colombiana a la que le debemos la categorización de “florecita rockera” se transforma en el escenario, un territorio donde da todo de sí y demuestra porque en esto del rock en español tiene derecho a ser llamada una verdadera reina del género.
 
Además, es toda una guerrera como lo demostró el pasado noviembre cuando rechazó ir a los Latin Grammy, porque en lugar de ponerse faja, vestido de diseño y joya, ocupó el tiempo en “hacer canciones y cuidar a mis hijos”.
 
Va por su tercer disco en solitario, Ruiseñora, y canta fuerte y alto, para hacerse escuchar.
 
 
 
Jessie J
 
Durante la clausura de los Juegos Olímpicos de Londres y sobre todo cuando ocupó el lugar del adorado Freddy Mercury en Queen, Jessie J se ganó el amor de una parte de los espectadores del mundo y, hay que decirlo, el odio contumaz de la otra parte.
 
Justin Timberlake dijo de ella que era la mejor cantante del planeta y Jools Holland le dio la primera oportunidad de alcanzar el éxito mundial de que hoy goza al invitarla a su programa en los inicios de su carrera.
 
Fue primero autora para artistas como Davig Guetta, Miley Cirus y Chris Brown, hasta que se decidió a cantar sus temas. En Gran Bretaña, donde nació hace 24 años, ha ganado todos los premios posibles y nadie podría decir, más allá de los gustos, que la muchacha carece de voz o de dominio escénico.
 
Por el contrario, arriba de la tarima es timón de un huracán implacable: el vértigo de una artista dispuesta a todo y cuyo cielo por ahora parece no tener límites.
 
 
                        

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