martes, 31 de enero de 2023

Planeta Danza: Alberto Dallal y su gran trayectoria


El académico fue distinguido con el reconocimiento Danza UNAM 2022


Por: Rosario Manzanos 

Cuando Jorge Alberto Manrique le ofreció al desparpajado escritor Alberto Dallal, que se incorporara al Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, el joven, muy entusiasmado en la danza moderna y contemporánea, se desconcertó. ¿Qué iba a hacer dentro de un cuerpo colegiado tan formal y consolidado?

Frente a una taza de café, me confiesa “ahora soy el decano del Instituto” y estalla en una carcajada. Pero Dallal no sólo es un investigador connotado, sino que su producción de nuevos materiales —un importante libro sobre Guillermina Bravo está a punto de aparecer— marcha a todo vapor y de forma paralela se encuentra diseñando nuevos proyectos como seminarios y talleres para promover la capacitación hacia los lenguajes periodísticos, en especial hacia la crítica de la danza.

No ha sido poca la contribución del investigador hacia el mundo del arte. Y por ello la UNAM le entregó el 29 de enero el reconocimiento Danza UNAM 2022 por la labor realizada durante más de 60 años en favor del arte dancístico. Por lo mismo, sería fundamental reeditar sus más de 16 libros que ya no se encuentran en las librerías y que incluso han ganado premios como el Xavier Villaurrutia, por El dancing mexicano.

Dallal ha sido parte del desarrollo cultural de la UNAM, director de Radio UNAM, director de la Revista de la Universidad. Como profesor ha impartido clases sobre géneros periodísticos en la Facultad de Ciencias Políticas, así como diversos temas especializados sobre la teoría y estética del arte en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. A lo anterior se suman una multitud de tesis con él como tutor.

El escritor mantiene lo mismo su espíritu jovial y entusiasta, como una rigurosa posición política hacia el país y la propia UNAM, no se dice cansado de hacer lo suyo y sí sorprendido de lo que las nuevas generaciones desconocen de su propia historia. Pero como espíritu libre que es, se asombra y señala puntualmente que la danza debería tener mayor representación y un apoyo lógico.

Y, con su peculiar tono categórico, sostiene que lo único que puede salvar al mundo en las circunstancias que se viven, es bailar y mucho: danzón, chachachá y mambo, y hacerlo de tiempo completo dentro de la propia UNAM, en todos los espacios posibles. 

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