miércoles, 4 de enero de 2023

Divisible corpóreo, de Rocío Cerón, explora la crudeza de la pandemia

Más que libro “es un proyecto transmedia”, refirió la autora en entrevista.


Por: Ángel Vargas

Más que un libro, Divisible corpóreo es “un proyecto transmedia” cuyo punto de partida es la poesía escrita para abarcar también el arte sonoro, el video, la fotografía y el performance.

Su publicación, con la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y TresNubesEdiciones, pone punto final a la trilogía Materiales inmateriales, en la que la poeta, ensayista y artista Rocío Cerón (Ciudad de México, 1972) explora la construcción de la memoria, sus vacilaciones y la suspensión de los sentidos, así como los alcances del sonido y la soledad, y sus irradiaciones.

La hechura de esta última entrega se vio condicionada/impulsada por la pandemia de covid-19. Fue realizada en 2020 y principios de 2021. Puede considerarse un híbrido entre un ejercicio de introspección y un diario en el que la autora consignó sin concesiones, desde la poesía, la crudeza de ese periodo, además de sus miedos e incertidumbres, pero también su esperanza.

“Quise hacer un diario que no fuera un diario, sino una especie de imágenes-testigo de varios momentos específicos en la pandemia, en los que aparecían huellas de cuerpos, de las ausencias, y entonces se convirtió en una serie de cartografías, como si estuviera documentado un territorio de los cuerpos”, explica Rocío Cerón en entrevista.

“Divisible corpóreo es un libro que habla sobre la sobrevivencia, sobre esas caídas que todos tenemos, pero también sobre las alegrías. Es, asimismo, una obra que celebra las cosas más íntimas, esos lugares desde los cuales podemos sujetarnos y salir avante en una pandemia, en una plaga.”

Para la poeta y docente fue muy importante documentar cómo en esta emergencia sanitaria los humanos colapsamos y nos reinventamos, cómo es que estamos en convivencia con la muerte y perdimos seres cercarnos y muy queridos, pero también de qué manera logramos sobrevivir.

Al respecto, apunta que esta nueva obra tiene que ver con la idea de que nadie puede esquivarse de quien es ni de su entorno, de las problemáticas y los sucesos más profundos tanto desde el punto de vista personal como desde lo colectivo y lo social.

“Es un libro muy de escuchar, como lo que pasó en la pandemia, que de pronto se escuchaban pájaros, ruidos y cosas que uno no había oído en años y de pronto pudo volver a hacerlo”, apunta.

“Ésa es la revelación. Es un libro también de revelaciones, de cosas que se nos olvidan por ser tan cotidianas o tan ordinarias, y que celebro mucho, no sólo en este libro; esos residuales, esas cosas cotidianas y ordinarias que vuelven a hacerse presentes o que tienen una luz distinta cuando las miras desde otro lado. La pandemia nos obligó a mirarnos y a mirar desde otras partes.”

Testimonios, confesiones e intimidades

Esta última entrega de la trilogía de Rocío Cerón está conformada por un poema de largo aliento escrito en diferentes momentos, así como un epílogo en el que la autora comparte una suerte de testimonio/confesión de algunos pasajes íntimos durante la pandemia.

Como en los títulos precedentes, vuelve a trascender el ámbito impreso para valerse de otros medios, plataformas y lenguajes que convierten a ésta en una obra transmedia, al incluir un ensayo fotográfico, además de tres códigos QR desde los cuales el lector puede acceder a dos poemas sonoros y un videopoema.

“Más que libros son un proyecto que tienen de base profunda al lenguaje. Mi primera casa, siempre lo he dicho, es el lenguaje. Hablo del código lenguaje textual, pero que se abre infinitamente y se expande a múltiples lenguajes.”

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