lunes, 19 de abril de 2021

Monstruos mexicanos. Una lectura interesante para niños



Por qué consumimos tanto del extranjero? Fácil respuesta, porque ellos lo tienen, y nosotros no lo generamos. Ahora, permítanme replantear la pregunta ¿Por qué consumimos tanto del extranjero en materia de horror? No los culpo, soy amante de Lovecraft y sus amigos; también me he leído todos los cuentos que publicó Porrúa en sus antologías de Quiroga y muchos más textos extranjeros. No obstante, ¿cómo México se puede perder entre esta producción si es la cuna del surrealismo y lo paranormal? Cuando leí este título, Monstruos mexicanos, no pude evitar correr hacia él y descargarlo, aprovechando que es de descarga gratuita y legal. Por fin, un libro que exploraba esa monstruosidad mexicana, esa extrañeza que nos rodeaba. 

Al corroborar que era un texto para niños, me pareció aún más interesante leer el texto y ¿Por qué no? Alentar a los padres y niños de tal forma para que se acerquen a este texto y comiencen a interrogarse sobre ciertas cosas que el horror de las bestias de nuestro país, con su vena mitológica (¿y por qué no decir filosófica?) les puede dar en su imaginario para que piensen su espacio, en este que como mexicanos habitamos, desde otra perspectiva. Algún extranjero igual encontrará un texto entretenido para compartirlo con los niños.

La estructura didáctica del texto

El libro está dividido en cuatro aspectos que ayudan mucho a su intención didáctica: imagen, ficción, ficha técnica y presentación de la autora. 

Lo primero a resaltar son las hermosas e impactantes imágenes elaboradas por Kamui Gomasio y Marcos Castro, mismas que no necesariamente apelan en su trazo a una visión caricaturesca de los monstruos, no ocultan lo perturbador que podrían verse bestias de este tipo desde un punto de vista ligeramente realista en la perspectiva, uno de los puntos más fuertes de la propuesta. Cuando yo era niño, me acerqué al terror gracias a los libros de La galería del terror que en una época tuvo a bien publicar la editorial Fernanes Editores. Lo que hacía que mis compañeros de la primaria y yo los buscáramos eran justo esas imágenes que transmitían horror, no caricaturizadas, sino que se veían algo realistas pese al retrato de los monstruos.

Lo segundo es la ficción. Carmen Leñero se dio a la tarea de elaborar textos desde la anécdota, desde la conversación o permitiéndose narrar un poco de la historia detrás de estos monstruos más allá de la estructura del cuento. Esto, aunque pareciera un punto en contra, está justificado en varios de los textos y, sobre todo, me parece un buen recurso para darle detalles a los niños que los hagan entender estas historias más allá de las construcciones ficticias que se permite la escritora. Saber apelar a la ficción más allá de a la narración de datos duros es quizá un buen punto, junto con las ilustraciones, para atraer la atención de los niños, y mostrarles lo entretenido que puede ser imaginar y recrear narrativas con respecto a estos entes. 

Lo tercero es vital para que quede claro que estas criaturas de verdad pertenecen a la mitología y creencias de muchos pueblos. Las fichas técnicas son un recurso explicativo para que el chico profundice en los datos detrás de la naturaleza de estos monstruos, así como uno lo haría con una ficha técnica de cualquier otro tipo de animal. Sobre esto, me pareció un gran detalle que siempre se incluya “cómo defenderte de ellos”. No creo que esto, sin embargo, se llegue a interpretar como un intento de invitar a los niños a la superstición. En mi opinión, estos detalles hacen que uno refuerce todas las ideas antes vistas. Dichas ideas más allá de invitar a la creencia, le proponen a los niños a sentir su territorio, su país desde un punto de vista más allá de lo físico, pues, al ser narrativas mitológicas, ya sea por metáfora o por intencionalidad, uno termina conociendo el propio territorio a través de una visión que le pone rostro e identidad a los vicios y al desastre que rodean el hecho humano. Pero eso depende mucho de los padres, por ello, aconsejo que este texto se lea junto con ellos para que sepan dirigir bien esta interrogación sobre el espacio que habitan de la mejor manera. 

Lo cuarto es la clave de lectura que la escritura tuvo a bien incluir para los padres que no sepan cómo llevar la comprensión de estas leyendas al segundo nivel. Les ofrece mirar al monstruo como algo que está a caballo entre lo espiritual y lo animal. Les pide una manera de mirar al monstruo como algo que está ahí, que ha sido la explicación para el mal y las calamidades que puede vivir una sociedad. Pero también, llama a repensar los monstruos desde la ambivalencia y desde la confrontación. Por un lado, a un monstruo no se le teme, se le respeta, y se le confronta cuando es necesario. Por el otro, su existencia no es completamente maniquea, sino que muchas veces estos cumplen una función importante para el mundo, como la es cuidar los recursos de la tierra. Esta visión metafórica de la realidad nos hace entender mejor el papel del hombre en el mundo y no perderse en una visión que capitaliza todo lo que toca para obtener beneficio, sino una que mira con respeto a lo que le rodea. Los simbolismos y ficciones nos sensibilizan para luego entrar con mayor apertura a los contenidos filosóficos y científicos del mundo, aunque parezca difícil de creer.

La visión mitológica indígena que nos urge rescatar

Pero la razón por la cual sugiero descargar este libro a los padres para que se lo lean a sus niños y entablen charlas es justo por el nivel simbólico que toda mitología supone. La explicación del mundo y el espacio desde el simbolismo. Cada texto es literalmente una historia fantástica entretenida, pero también simbólicamente relevante para nuestro presente altamente dañado por una visión tecnológica del mundo, donde el hombre pugna contra la naturaleza. Necesitamos volver un poco a reintegrar a la naturaleza así como lo hacían las creencias indígenas para darnos cuenta de cómo destruimos cosas sin darnos cuenta y transgredimos zonas sagradas que, luego, traerán consecuencias a la población; en el nivel mitológico son consecuencias fantásticas, en el nivel real, son consecuencias que van desde enfermedades hasta la pérdida de nuestros recursos.

La razón simbólica va más allá. Cada uno de los monstruos establecen un paralelismo con los vicios del ser humano y nos muestran nuestra propia monstruosidad. Pero también, en textos como “El nahual”, se explora el reconocimiento de esa animalidad, de esa pertenencia sagrada al mundo que nos puede proteger, que puede ser nuestra mejor defensa contra la oscuridad. 

En conclusión, este texto me parece un buen inicio para que nuestros niños mexicanos (y extranjeros también ¿por qué no?) exploren el entorno sobrenatural de nuestra identidad, sepan de todo el panteón de monstruos y reconozcan, sobre todo, el nivel sagrado que estos representan para que, a partir de ellos, puedan reconocerse como seres de la naturaleza (no contra la naturaleza) y seres que pueden mutar en esa monstruosidad, en esa calamidad. Una mirada al lado oscuro es algo que siempre sacará una parte de nosotros que no conocíamos, quizá en estas épocas de pesadilla, más importantes que nunca.

Liga de descarga gratuita:

https://www.alasyraices.gob.mx/ebooks

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