Por: Reyes Martínez Torrijos
El Taller de Teoría y Crítica Literaria Diana Morán, a punto de cumplir 40 años, cuenta con la participación de una multitud de especialistas, mexicanas y extranjeras, unidas con un objetivo común: Escribir una nueva historia de la literatura mexicana desde su vertiente femenina. Para hacerlo crearon la colección Desbordar el Canon, en la que han publicado más de 20 volúmenes, explicó Ana Rosa Domenella (Córdoba, Argentina, 1944), una de las fundadoras de ese espacio de investigación.
El colectivo participó hace unos días en el coloquio por las cuatro décadas del Programa Interdisciplinario de Estudios de la Mujer (PIEM), hoy Centro de Estudios de Género en El Colegio de México (Colmex), donde inició sus labores en 1984. Hoy tendrán un conversatorio en torno a la colección Desbordar el Canon en la Casa de la Primera Imprenta de América de la Universidad Autónoma Metropolitana.
En entrevista con La Jornada, la académica recordó que el taller en su inicio fue planeado como un espacio de trabajo abierto e interdisciplinario con el objetivo de estudiar la narrativa mexicana escrita por mujeres entre 1910 y 1980.
Domenella mencionó que descubrieron “que para entender el auge de las escritoras ‘exitosas’ de los años 80 teníamos que ir hacia atrás en las publicaciones de mujeres y rescatar nombres y títulos borrados o perdidos para rescatar a valiosas escritoras olvidadas o ninguneadas por el canon literario androcéntrico y centralista y por una ‘machocrítica’ siempre vigente”.
Por su parte, la investigadora y académica Edith Negrín (Ciudad de México, 1947) destacó que el taller comparte una apuesta por la solidaridad y no por la competencia.
La doctora en literatura mexicana y sociología destacó que han “hecho partícipes de nuestra inquietud a muchos estudiantes que han elaborado tesis, aportando información (…) Vemos con gusto que la UNAM y otras editoriales están reditando a autoras que el taller había analizado. Creo que hemos contribuido a ampliar y profundizar el interés en la literatura escrita por mujeres”.
Agregó que el taller se ha convertido en un espacio incomparable de investigación e intercambio de experiencias y saberes. Ha sido muy significativo en mi crecimiento académico y vital.
La iniciativa original, fundada en septiembre de 1984, se nombró Taller de Narrativa Femenina Mexicana en el contexto del PIEM, coordinado por Elena Urrutia. Empezó con Aralia López González y otras egresadas del doctorado en letras hispánicas del Centro de Estudios Lingüístico y Literarios y del Seminario de Literatura y Sociedad encabezado por Yvette Jiménez de Báez.
Luego de una convocatoria abierta, Laura Cázares, Enid Álvarez, Gloria Prado y otras especialistas se integraron a las sesiones dirigidas por Aralia López y Domenella en el actual edificio del Colmex.
Hacia los años 90 se constituyeron como un grupo autónomo y de autogestión, reubicado en el Colegio de Coyoacán, gracias a la invitación de Gloria Prado, profesora emérita de la Universidad Iberoamericana. Desde entonces, se llamó Taller de Teoría y Crítica Literaria Diana Morán, en recuerdo de una muy querida compañera panameña, integrante del grupo, poeta, profesora y luchadora social, fallecida en 1987, dijo Domenella, quien vive en México desde 1973.
Masculinidades y teoría queer
Para comprender “los cambios producidos en el panorama literario y cultural en las últimas décadas nos apoyamos en estudios teóricos y críticos no sólo de México y América Latina (redescubriendo a nuestras ‘madres’ y ‘abuelas’), sino también a las corrientes anglosajonas y francesas (más pragmáticas y militantes las primeras, y más analíticas y filosóficas las segundas)”, refirió Ana Rosa Domenella.
“Emprendimos estudios sobre masculinidades y la teoría queer para abordar textos contemporáneos y publicamos dos volúmenes: Escrituras en contraste. Femenino/masculino, analizando diversos hechos históricos, en México y en general en América, vistos desde una mirada femenina y una masculina.
La producción de libros de escritoras, así como su difusión, ha aumentado exponencialmente en los últimos tiempos y ya puede decirse que se encuentran en números equitativos en comparación con sus colegas varones. Tenemos que añadir la novedad de una literatura transexual o no binaria, textos a los que estamos atentas y nos interesa estudiar.
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