miércoles, 29 de marzo de 2023

Trazan la ruta del desarrollo del exvoto pictórico católico en México


Raúl Cano, a la derecha, en el estand de Talamontes Editores en la Filco.


“Por un favor recibido. Exvotos mexicanos, siglos XIX al XXI", de Raúl Cano muestra de manera cronológica, el desarrollo del exvoto pictórico católico mexicano–o retablo votivo pintado¬–, a partir de su evolución en el siglo XIX, cuando esta ofrenda comienza a formar parte de la religiosidad netamente popular (en comparación con siglos anteriores, pues su origen procede desde la Conquista) hasta su ruptura y reinterpretación ficticia contemporánea.

En su elaboración a partir del siglo XIX, se utilizaron principalmente láminas de cobre, zinc y en menor cantidad lienzo o madera, dichas piezas están conformadas por tres elementos: el primero consiste en la representación formal del suceso trágico; el segundo lo constituye la representación de la deidad invocada al momento de estar padeciendo el difícil trance; y el tercer ingrediente lo compone la denominada ‘cartela’, en la que –de forma escrita– se sustenta el portento, además de que en ella se explica, a manera de resumen, la tribulación y la obtención del milagro.

Durante los siglos XIX y XX, el exvoto fue un medio habitual de comunicar la efectividad de las distintas devociones arraigadas en el inconsciente colectivo mexicano, mismas que estaban representadas por la Virgen de Guadalupe, San Juan de los Lagos, Santo Niño de Atocha, por mencionar a los más solicitados por los feligreses.

El presente estudio se divide en dos secciones primordiales: la primera expone el recorrido del exvoto popular a mediados del siglo XIX, cuando inicia su popularidad y se propaga su uso entre los creyentes, lo cual se suscita porque se introduce la lámina de zinc como soporte pictórico empleado por los pintores populares, quienes eran solicitados por los protagonistas o por sus familiares directos para recrear con su pincel los sucesos trágicos que padecían. Una vez terminado el exvoto, el donante tenía la responsabilidad de llevarlo al santuario y colocarlo junto a la imagen milagrosa o en la pared dedicada a albergar las piezas llevadas por otros fieles. Asimismo, en este apartado, se muestran las principales problemáticas de los retablos votivos, las cuales se centran fundamentalmente en la sanación de enfermedades, seguidas por accidentes cotidianos, la búsqueda de supervivencia del ganado en el medio rural. Por citar a algunos.


El libro.


En estos dos siglos, el exvoto pintado tuvo un auge de producción, cuando los santuarios más importantes, y los no tanto, poseían numerosas piezas; además de que aparecieron abundantes talleres regionales. Para la década de los ochenta del siglo XX, el exvoto pintado vio mermada su elaboración, debido a que decayeron los talleres regionales y empezaron a ser usados en mayor cantidad, (porque alternaron con dichas pinturas votivas desde décadas anteriores) certificados médicos, muletas y prótesis, fotografías de los donantes, copias fotostáticas de títulos o cédulas profesionales, lo que casi lo lleva a su desaparición.

En el segundo apartado del estudio se expone la evolución del exvoto mexicano que desemboca en dos vertientes la tradicional ficticia y la transgresora, que surgen a partir de la década de los noventa del siglo XX, y se extienden de manera masiva ya en el siglo XXI, gracias al coleccionismo y al boom de la “Fridomanía”, cuando pintores aficionados, en su mayoría, comenzaron a ejecutar exvotos que imitaban a los de antaño, para lo cual se valieron de láminas de metal reciclado. Posteriormente recrean, a partir de las características formales del exvoto cristiano, supuestos donantes, accidentes y enfermedades, aunque en algunos de ellos se muestra cierto humorismo, ya sea en la representación pictórica o en las cartelas, delatando una devoción ficticia cuya finalidad es el coleccionismo; sin embargo, las temáticas del exvoto contemporáneo son testimonios de las problemáticas actuales que aquejan a la sociedad mexicana. En algunas piezas se observan conflictos con las suegras, hechicería o sincretismo popular, así como apariciones fantasmagóricas e, incluso, los deportes como el futbol y la lucha libre como tema principal. Otros más retratan, de manera irónica y haciendo crítica social, a la prostitución, la infidelidad y la diversidad sexual: temáticas inusuales en los exvotos de corte religioso, dado que en su época hubieran sido considerados herejías.

Asimismo, en la parte final de la investigación se abordan, en breves subcapítulos, a los retableros activos a principios del siglo XXI a la actualidad: Medora García Bautista, el malogrado José Luis “Güicho” Hernández, y su hermano Gonzalo Hernández, Graciela Galindo, Rafael Rodríguez Contreras, el matrimonio formado por Flor Palomares y Gonzalo Palacios, Rogelio Peña, Enrique Ávila, Ween Sf (Donovan Villanueva) y brevemente la incursión de dos retableros jóvenes, Emmanuel Espín y Cristian A. Pérez

En el desarrollo de esta investigación el autor contó con la asesoría académica de Elin Luque Agraz (1953-2018) la cual fue mentora universitaria del autor, y Rosa María Sánchez Lara, afamadas especialistas en el tema de los exvotos pintados del periodo colonial hasta el siglo XX. La publicación fue auspiciada por Talamontes Editores.

El libro se presentará el próximo jueves 30 de marzo a las 15:00 horas en el foro Juan Rulfo de la Feria Internacional del Libro de Coyoacán 2023. Interior del Antiguo Palacio del Ayuntamiento de Coyoacán, Jardín Plaza Hidalgo # 1, Villa Coyoacán.

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