Por: Roberto A. Valenciano Capín
¿Y si manifestarse se volviera sinónimo de arriesgar la vida?
¿Si manifestarse pasara a ser imaginado como una práctica legítima y valiosa?.
Es así como la galería de arte pública -El Silencio no existe-, vuelve a ser intervenida con esta sentida y cuestionante instalación ‘Marcos 9:42’ de Sahiye Villegas y María Villegas.
"Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar", es así como versan estos versos bíblicos elocuentes y resonantes en voz de María Villegas, quien a su vez comenta que es un proyecto que tiene más de un año planéandose.
Para después en voz de Cristina compartir una emotiva carta ( statment) escrito con tanto dolor y con mucho sentimiento, el cual ofrece desde su corazón.
Al volverse no solo en esta petición, sino por si misma volverse en esta reflexión y denuncia.
"Quisiera que se llevarán estas palabras, y que las recordarán lo que pudieran sabiendo que lo hizo no por mí, sino por las personas que iban a venir, porque creo que mi dolor vale mucho y más allá de compartirlo quiero nombrarlo, y a la hora de nombrarlo es un acto de valentía y de amor, dd amor colectivo porque el dolor esta hecho de lo que nos han hecho en este caso a las mujeres, a las niñas".
En su intervención, la creadora visual Sahiye Villegas asevera que "más allá de que le guste a las personas, creo que el arte no esta para acariciar, sino para darte un golpe, para que no sigamos viviendo en este momento con tantos feminicidios, pero ya viene Navidad, no se preocupen, pero ya viene Reyes, no se preocupen. Creo que Cristina, que es mi hermana, es una sobreviviente, todas somos sobrevivientes y valientes, pero a Cristina la nombró porque ya al final de todo lo que pasó, a mí lo único que me quedaba de darle gracias a las personas que la agredieron porque no la mataron y es lo único que me quedaba".
En otro sentido, destaca que esta exposición se hace la denuncia de estos hombres agresores que no solo a Cristina le dieron, sino también a muchas más mujeres, al ser materializados a través de estas arqueotipicas figuras de Ken como de visibilizar a sus agresores a través de fotografías.
"Creo que es muy importante visualizarlo y hablarlo, porque lo que no se dice pues no existe a final de cuenta, -reflexiona y continúa-. Como también quiero tener esta idea muy crítica sobre este trabajo que estamos haciendo, es decir que la gente entienda que esta hecha a través del terror y que no es fácil trabajar con el dolor, es muy muy complicado".
Como también hizo la invitación abierta para participar y pronunciarse contra la violencia que cada día destruye la vida a las mujeres en esta fachada de esta galería de arte pública y sin más plasmar la primera denuncia plasmada en esta fachada.
Ya que "plasmar en palabras lo que sucede en la vida de una mujer que fue y es agredida, muchas veces se vuelve en una tarea titánica... Porque cuando me tocaron a mi, tocaron a todas las niñas y mujeres estamos vulnerables en este mundo. Solo les pido a ustedes que me escuchan y que me ven, que me esperen en la superficie; probablemente no salga este cuerpo, pero podrán ver una flor marchita y de un color muy obscuro, mutilada y aplastada por el hombre”, escribe Cristina Elizabeth Villegas.
Es así como a través de una parte sustancial de este colectiva la palabra de María, de quien reciben esta inspiración para vislumbrar la construcción de alianzas insólitas, de goce y de apertura parpa comprender la realidad compleja que nos habita, frente al encierro identitario que está fragmentando al movimiento feminista.
Es así como también se hace una invitación a conocer esta instalación que se une estas voces visibilizadas a este dia de la no violencia contra la mujer.
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