miércoles, 28 de octubre de 2020

Museo Nacional del Axolote, un recinto vivo para la enigmática especie



Ilustración: Horacio Sierra

Por: Virginia Bautista

Especie enigmática, larva acuática fascinante, anfibio endémico del Valle de México, el ajolote posee un carácter tanto mítico como real que va de lo científico a lo religioso, de lo biológico a lo artístico, de lo histórico a lo legendario.

Actualmente en peligro de extinción, este Ambystoma mexicanum, su nombre científico, puede alcanzar la madurez sexual reteniendo sus características larvarias y, al contrario que la mayoría de los anfibios, no pasa por un proceso de metamorfosis (especie neoténica).

Por esta razón, esta asombrosa criatura ha evocado distintas metáforas y, a lo largo de los siglos, ha sido definida y recreada por antropólogos, biólogos y artistas mediante discursos escritos y visuales. Información dispersa que pretende integrarse en el Museo Nacional del Axolote, explica Pamela Valencia en entrevista con Excélsior.

La promotora cultural destaca que el ajolote está ligado a los mitos de la cultura mexica, por lo que “es parte fundamental de la identidad mexicana, por eso pensamos en un museo vivo que, además de ofrecer información, ayude a crear conciencia de lo importante que es conservarlo”.

Detalla que su nombre en náhuatl es axolotl, “xolotl del agua”, que posee diversos significados: “juguete de agua”, “monstruo de agua”, “gemelo de agua” o “perro de agua”, “haciendo siempre referencia al Dios Xólotl, el hermano gemelo de Quetzalcóatl”.

La publicista narra que primero fundó, hace tres años, la asociación civil Axolotitlán, que nació como un refugio para estos animales. “Pero, con el paso del tiempo, fueron surgiendo necesidades. Somos una asociación muy perceptiva. Todos nuestros productos y servicios responden a la necesidad de la gente y del proyecto. Empezamos compartiendo educación ambiental y descubrimos que no existía un lugar que le rindiera tributo al ajolote en nuestro país, ni que almacenara toda la información que existe sobre él”, expresa.

Señala que tienen también una red médica. “Damos consulta o asesoría a gente que tiene ajolotes en cautiverio doméstico. Hacemos enlaces creativos y pedagógicos con escuelas, empresas, artistas, que de alguna manera quieren involucrarse con el tema, pero no encuentran cómo hacerlo”.

Quien cuenta con un certificado en Mantenimiento en Cautiverio de Ajolotes, por el Centro de Investigaciones Biológicas y Acuícolas de Cuemanco y la UAM Xochimilco, agrega que el museo estará ubicado en el Segundo Parque las Águilas, una reserva natural de la alcaldía Álvaro Obregón, ubicado en Prolongación 5 de Mayo 521.

Inicialmente, pensamos hacerlo en una casona vieja. Pero la pandemia nos trajo un gran mensaje. Tuvimos que adaptar el proyecto y hacerlo un museo vivo, porque las autoridades dictaban que los espacios cerrados podían operar a una capacidad del 30 por ciento, pero en lugares abiertos al 70 por ciento. Es más viable económicamente, porque dependemos de las donaciones de la gente, ninguna institución nos apoya”, añade.

Valencia indica que la nueva construcción apenas empieza y que el avance es pequeño. “Lo estamos haciendo poco a poco, porque organizamos actividades para reunir fondos. Pensamos en un presupuesto inicial de un millón 200 mil pesos y llevamos recaudado 270 mil pesos. Debemos seguir trabajando, queremos que sea un museo de nivel mundial”, apunta.

El recinto al aire libre constará de diversas áreas, describe. “El espacio se llamará Axolotitlán. En el museo se exhibirán obra y ejemplares vivos y se ofrecerán talleres. Habrá un pequeño restaurante, en el que se orientará sobre la alimentación saludable; un jardín temático, para que las familias convivan en espacios verdes; una tienda de souvenirs, para adquirir nuestros productos con causa; los baños serán ecológicos y la energía solar”.

La gestora cultural piensa que lo más importante es que los mexicanos revaloren y resignifiquen al ajolote. “En nuestro territorio hay entre 17 y 18 especies, la mayoría en peligro de extinción. El último estudio que se hizo fue en 2014, en la UNAM, y encontraron 36 ejemplares por kilómetro cuadrado. Pero esas colonias están en decremento”, advierte.

Por lo pronto, Valencia invita a las familias a asistir, el próximo 31 de octubre, a La Noche del Axólotl, un encuentro al aire libre en el que se podrá disfrutar las tradiciones de Día de Muertos, películas, talleres, comida, música en vivo, representaciones artísticas en torno al ajolote, elotiza, un vuelo de águilas y hasta una fogata, “con todas las medidas dictadas por las autoridades de salud y un cupo limitado”. (Más información en la página http://www.axolotitlan.mx).

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