Para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, pensadoras de distintas generaciones, activistas y académicas, se reunieron bajo la convocatoria de Julia Carabias Lillo, miembro de El Colegio Nacional, para participar en el diálogo" Las reivindicaciones feminista"s. Presentamos aquí la primera parte de este diálogo celebrado el viernes 4 de marzo.
Bajo la coordinación de Julia Carabias, en el evento se reflexionó en torno a las agendas, logros y retos del feminismo
Bajo la coordinación de Julia Carabias, en el evento se reflexionó en torno a las agendas, logros y retos del feminismo
María Elena Medina-Mora, presidenta en turno de este órgano colegiado, dio inicio a la mesa; reconoció que el tema del feminismo, de la situación de las mujeres, “se ha enriquecido por los cambios que las nuevas generaciones han traído a la reflexión. Nos ha permitido ver un mundo diferente”.
“Para nosotros es muy importante tener a personas jóvenes y a las grandes maestras hablando del tema, porque pensamos que el cambio es inminente”, destacó la investigadora, quien también puntualizó sobre los esfuerzos que se desarrollan al interior de El Colegio Nacional para incorporar a muchas más mujeres. “Todavía nos faltan muchas de ustedes aquí, pero hemos trabajado en tener más y, sobre todo, en avanzar en estos temas, en presentarlos y en difundirlos.”
Por su parte, Julia Carabias se refirió a la importancia de que la agenda feminista se haya transformado a lo largo de las décadas, en especial desde que en 1995 se realizó la Cumbre de Beijing, la cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, cuando se adoptó por 189 países la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing que permitió el empoderamiento de las mujeres.
“Durante los siguientes 25 años, la agenda se diversificó. Ya no se puede hablar de La agenda feminista, ahora tenemos que hablar de las agendas. Tampoco se puede hablar de un feminismo, hay muchos feminismos. Hace 50 años, por ejemplo, la violencia de género no era un asunto público, pertenecía fundamentalmente a la vida privada, y hoy la lucha principal es el feminicidio.” Quedan todavía muchos temas pendientes que, por muy distintas razones se han rezagado; la pandemia misma significó un freno, e incluso un retroceso.
“¿Cuáles son, entonces, los temas comunes, incluyentes –además de la violencia y del feminicidio– que pueden construir una nueva agenda, la cual aglutine a los feminismos, y permita acelerar la marcha para la garantía de los derechos de la mujer?”, fue la pregunta que planteó la colegiada a las participantes del diálogo.
Al tomar la palabra, Marta Lamas aseguró que, más allá del sentido de pertenencia a un movimiento, muchas activistas de distintas clases sociales, condiciones étnicas y edades distintas comparten un anhelo de justicia y un grito: “¡Basta ya de desigualdad! ¡Basta ya de violencias! ¡Basta ya de machismo!”
“Sin embargo, también nuestra diversidad de vivencias, intereses y espacios sociales deriva en una diversidad de perspectivas respecto a qué hacer, a cómo incidir en un cambio que destrabe obstáculos estructurales y restañe heridas personales en un país como el nuestro, donde la exclusión, la discriminación y las violencias de todo tipo acontecen cotidianamente.”
De acuerdo con la investigadora, debe recordarse que gran parte de las demandas que se expresan en nuestras comunidades, pueblos y ciudades se enuncian desde la histórica y vieja consigna “Lo personal es político”, que surgió a principios de los años 70.
“En un inicio, la consigna sirvió para cuestionar la dicotomía público-privado y para plantear que los conflictos íntimos o sexuales se daban en un ejercicio de poder, a veces en forma sutil y, en otras, brutal. Ese análisis, que enmarca muchas de las limitaciones actuales, se fundamentó a partir de denuncias e investigaciones, y cuestionó la gran aceptación social que existía, y sigue existiendo, acerca del lugar social de subordinación de las mujeres”, en palabras de Marta Lamas.
Y es que el reconocimiento de la indispensable redistribución del trabajo ha producido una serie de presunciones culturales que han sido codificadas como si fueran inherentes a la sexuación, a las diferencias sexuales, para convertirse en “normas relacionadas con los papeles sociales de la distribución de los recursos del trabajo, dentro y fuera de la familia”.
“Estas presunciones hacen pasar por natural un conjunto de prácticas sociales que son injustas para las mujeres, pero también son injustas para los hombres –de distintas maneras– y para transformarlas se requiere que las propias personas las vean como construcciones sociales y que anhelen su eliminación. Sin embargo, esto se dificulta porque la mayoría de la gente sigue creyendo que son cuestiones naturales, en lugar de comprender que son, simultáneamente, producto, garantía y preservación del sistema patriarcal.”
El qué hacer, dijo la especialista, se acompaña ahora de qué reivindicar.
La mesa de diálogo Las reivindicaciones feministas, que continúo con las intervenciones de Alejandra Collado Campos, Alethia Fernández de la Reguera, Melissa Hernández y Paola Zavala Saeb, se encuentra disponible en el canal de YouTube de la institución: el colegionacionalmx.
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